16. La Revolución

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Capítulo 16: La Revolución

"Esto termina hoy..."

Dragones: Carrera al Borde. –Dreamworks

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La rubia no siguió hablando porque sus labios se ocuparon de inmediato con los del beso impulsivo de Hiccup. Trató de deleitarse pero no había tiempo.

-Estaremos bien. Aún tenemos que hablar de lo que pasó en La Orilla... pero si no hay oportunidad, sabes que Berk estará bien contigo.

La rubia sonrió embobada pero sacudió su cabeza mentalmente, ya habría oportunidad de sobra para aclarar sus sentimientos, de momento, lo importante era Berk, las personas y esos héroes que conformaban el ejército de los pollitos.

-Tienes razón. Pero Hiccup... hay algo que no te he dicho. –se adelantó, susurrando detrás de las compuertas traseras de la fortaleza que ahora estaban descuidadas. –Él controla al Alfa. El Salvajibestia sigue exclusivamente las órdenes de Drago. Mientras él tenga control, no habrá manera de burlarlo con nuestros dragones.

El castaño había olvidado eso, tuvo miedo otra vez. Pero había llegado muy lejos como para echarse hacia atrás. Tenía mucho que cambiar y quería empezar cuánto antes.

-Gracias, mi lady. Por favor, haz lo que te pedí, ya nos encargaremos de eso después. Burláremos al alfa.

Ella asintió de nueva cuenta, motivada por la postura de su jefe. –Estoy contigo.

Hiccup agradeció esas palabras, esas palabras que conocía a la perfección pero adoró escuchar, apretó su mano, queriendo que se mantuvieran entrelazadas toda la vida. –Lo sé, te lo agradezco.

Soltaron sus manos, y con una última mirada de apoyo, cada quien hizo lo que le correspondía.

Mientras tanto, Hiccup se escabullía junto a Toothless, a quien le dio una seña para que se camuflara con el apoyo de la noche. Un Furia Nocturna sería una adquisición muy valiosa para cualquiera.

Astrid, por otra parte, con sumo cuidado, fue hasta la entrada de la prisión para ayudar a sacar a todo aquel que fuera de la resistencia, sin embargo al acercarse con Stormfly donde se escuchaba mucho alboroto, en especial se frustró cuando percibió las voces del Jorgenson.

-Estúpido Snotlout. –masculló mientras caminaba, si descubrían la resistencia, en definitiva el factor sorpresa se acabaría y la revolución terminaría antes de empezar.

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En la cárcel Gobber trataba de pasar el tiempo. Le quitaron sus prótesis y eso dificultaba su movilidad, definitivamente era una venganza de Drago. Stoick jamás habría permitido que él pisara la cárcel, mucho menos por la decisión de Valka al aceptar casarse con Drago, maldito infeliz.

Recordó cada una de las experiencias en su vida, intentó albergar las cosas buenas, las que sólo se habían localizado antes de la muerte de Stoick.

Era muy triste para él recordar la alegría y después transformarla en dolor. Una agonía por haber perdido a su mejor amigo y no sólo a él, sino a Hiccup también, aquel muchacho que vio crecer y que seguía queriendo como si de su hijo se tratara.

Esas pérdidas irreparables fueron detonadoras en la historia de Berk. Ese maldito segundo en el que todo cambió, en el que Drago usurpó el trono y mermó las esperanzas y estilo de vida berkiano.

El jefe vikingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora