Him |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤, 𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠

Dieciseis

Me sentía tan estúpida, patética y...un millón de cosas. Me sentía aún más que idiota por el simple hecho de estarle dando tanta importancia al beso de Jungkook y sobre todo, a sus hirientes palabras.

Palabras que habían continuado resonando en mi cabeza los siguientes días. Y en serio...¿por qué no dejaba de pensarlo?.

Por otro lado, me odiaba al estarle dando demasiada atención a su beso cuando técnicamente no importaba, se supone que no debía importarme. Y además, estaba con Yeonjun. Era incorrecto que estuviese pasándola mal por eso cuando estaba con él y debía importarme mi relación con él y no aquel dichoso beso. O aquellas dichosas palabras que Jungkook había pronunciado con tanta sequedad.

Por otro lado, pensaba y pensaba y llegaba a la conclusión de que no buscaba que Jungkook me dijese algo romático y cliché que solo pasaban en las películas y libros, pero por muy raro que sonase e incluso injusto que lo quisiera, quería escuchar algo...¿minímamente dulce de su parte?. Aunque venga, Sooji, ¿te diría algo como?:

"Yo tampoco dejé de pensar en ese beso".

¿Que resolvería con eso?.

Y si lo hubiese dicho...¿que ocurriría?.

No lo sé. Aunque posiblemente nada. Y terminaría confundida. Aunque no era como si no lo estuviera ahora más de la cuenta.

Luego de ese día había ido otras veces a mi casa a estar con Jimin y Taehyung, pero yo me limitaba a no salir de mi habitación. No quería verlo, no quería intercambiar palabra con él y mucho menos mirarnos cuando me sentía re imbécil por haberle pedido algún tipo de explicación del porque había respondido a mi beso.

Beso que...de verdad me arrepentiría por el resto de mi vida de habérselo dado. Y además, fue mi primero. El supuesto primer beso que debía ser perfecto, especial, con la persona perfecta, especial. Y yo...voy y se me ocurre la fantástica y maravillosa idea de darle mi primer beso a el chico con él que literalmente nací, el que conozco desde pequeña, con el que intercambié millones de momentos, el mejor amigo de mi hermano y además, muy importante (porque él mismo lo había dicho), el idiota.

—Hey —levanto mi cabeza y mi pelo se corre hacia delante.

Antes que me lo arreglara, Yeonjun extiende sus manos hasta los flequillos que se pusieron en mi rostro y sonrió apartándolos.

—Te traje un sándwich —dice y acerca el alimento hacia mi—. No sé porque no quisiste ir a la cafetería hoy, pero no deberías dejar de comer.

Y encima...

Este chico era tan dulce. No, de verdad Jungkook no merecía que yo siguiese sintiéndome de la forma en la que me sentía por sus palabras, cuando tenía a Yeonjun.

—Gracias —sonreí incorporándome un poco y acepté su sándwich—. Aunque no tenías que haberte molestado, de verdad. No tenía hambre.

El negó y besó mi frente.
—No importa. Te lo comes después —sonríe—. Iré al baño.

Asentí y entonces él salió de el salón. Sonreí enternecida y entonces miré a Jeulgi quien se me acercó con una pequeña sonrisa y alcanzó una silla para ponerla a mi lado observándome.

—¿Sigues pensando en eso?.

—Lo sé. Soy una tonta —suspiro y me giro tomando de el respaldo de la silla mi mochila para ponerla encima de mis piernas y guardar el sándwich que amablemente Yeonjun me había comprado.

—No eres tonta —repone ella—. Es entendible que te haya dolido. Aunque lo cierto es que si le estás dando demasiadas vueltas.

—No lo puedo evitar —suspiro—. Y de verdad, me arrepiento tanto de haberlo besado —murmuro pasando mi mano por mi rostro, sintiendo un leve dolor de cabeza asomarse—. Siento que hasta he arruinado la relación que teníamos.