Him |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤, 𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠

Veintiocho

                      Jungkook;

Me giro y Jimin alzaba una ceja mientras nos miraba. Sooji palmea mis brazos y entiendo que quiere que la baje. Intento no hacerlo pero al final ella lo logra y sin mirarme se dirige a su hermano.

—Nada.

—¿Nada? Eso no fue lo que vi —alza una ceja desconfiado.

—Sooji sin querer dejó caer un vaso de cristal. Solo la cargué para que no se lastimara, Jimin —entonces hablo.

—¿Ocurre algo? —miro a Taehyung que entra también a la cocina y alza una ceja.

—Tengo que recoger esto... —Susurra Sooji.

—No camines que-

—¡Ay! —susurra y suelto un suspiro.

—Puedes lastimarte... —completo la frase.

—Tae busca el botiquín —lo miro. Él asiente y entonces sale de la cocina.

Me agacho, cargando nuevamente a Sooji ante la mirada aún acusadora y desconfiada de Jimin y la siento en la barra. Tomo uno de sus pies levantándolo y veo que tenía un pequeño cristal encajado.

—Te dije que no caminaras —suspiro.

—Limpiaré esto —dice Jimin y entonces camina hacia donde estaban los utensilios de limpieza.

Tae no tarde en regresar, y pongo el botiquín al lado de Sooji en la barra y abro este para sacar primero la pinza. Arrastro el taburete sentándome frente a ella.

—Esto va a doler —la miro.

—Está bien...puedo soportarlo —susurra y la analizo. Cierra sus ojos y sonrío levemente por lo adorable que podía llegar a ser.

Tomo su pie suavemente y entonces trato de ser lo más cuidadoso para que no le doliese tanto. Y lo hago de una vez rápido para que el dolor se sintiese menos.

Saqué el cristal que era pequeñito y la miré. Seguía con los ojos cerrados con fuerza. Trato de no sonreír al verla así porque Jimin y Taehyung todavía estaban aquí.

—Ya puedes abrirlos —le dice dulcemente Tae y ella lo hace, despacio.

—¿Ya? No dolió —dice sonriendo un poco.

—Desinfectemos y luego ponemos una curita.

Saco un algodón y alcohol y entonces despacio nuevamente limpio su herida. Ella presiona sus labios para no gritar o hacer muecas de dolor y termino rápido. Tomo una vendita y con mucho cuidado la pongo en su pie.

—Listo.

—Gracias —sonrió mirándome. La miro. Y en serio... ¿Por que Jimin tuvo que llegar?.

Quería decirle tantas cosas.

—¿Estás bien, Sooji? —pregunta su amiga entrando casi al momento a la cocina. Los demás lo hicieron también.

—Sí. Solo me corté. Está todo bien.

—Te ayudo a bajar.

Me levanto y entonces la sujeto con cuidado bajándola despacio. Y nos miramos. Y sabía que tanto ella como yo justo ahora hubiésemos querido estar solos. Pero no pasaría. O al menos no hoy, ni ahora.

—¿Puedes caminar? —me aparto y Tae se le acerca.

—Llegaré a mi cuarto, no te preocupes —le sonrió ella.

—Mejor súbete, yo te llevo.

—Tae no es necesario.

—Venga —niega él y se agacha frente  a ella.