Veintinueve

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Mini maratón
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—¿Y puedes caminar bien? ¿No te duele? ¿De verdad que no? Puedo llevarte en mi espalda si quieres —me mira preocupado.

—Yeonjun —le sonreí dulcemente y negué—. Estoy bien, de verdad.

—¿Segura? Dios...los cortes suelen doler mucho. Tal vez debías haberte quedado en casa —suspira observándome afligido.

—Yeonjun —suspira Jeulgi—. Deja de exagerar. Sooji está bien.

—Aún así no puedo evitar preocuparme —me mira él y vuelvo a sonreírle. Me inclino hacia él dejando un beso en su mejilla.

—Me gusta que te preocupes, pero estoy bien. De verdad.

Él terminó asintiendo con un suspiro y volví a sonreírle.

Siendo sincera, fue un poco incómodo caminar durante las veces que fui al baño, fui a la cafetería e incluso cuando tuve que ir a la biblioteca para reorganizar el trabajo de literatura con Jeulgi y Yeonjun. Me ardía un poquito la herida del pie y lo peor de todo era que estaba abajo y cada vez que apoyaba se volvía bastante insoportable. Pero bueno...dentro de algunos días sanaría.

Las horas habían transcurrido rápidamente y el final de clases había llegado. Comenzamos a recoger nuestras cosas, y luego Jeulgi, Yeonjun y yo salimos juntos de la institución.

—Con cuidado —dice Yeonjun mientras me tomaba de la mano y me hacía bajar despacio las escaleras.

—Creo que si se te resulta realmente complicado apoyar el pie, no deberías venir a dar clases —opina Jeulgi.

—Fue solo un pequeño corte. Es normal que me duela todavía. Pero ya mañana estoy segura de que no será así.

—Jeulgi toma —Yeonjun le tiene su mochila a mi amiga. Esta frunce el ceño mientras aceptaba la mochila sin entender.

—¿Para que me la das?

Entonces Yeonjun se agacha frente a mi.
—Te llevaré cargada hasta tu casa.

—No me pasa —Jeulgi chasquea la lengua y río.

—Yeonjun no hace falta.

—Yo insisto.

—Pero no hasta mi casa. De hecho, deja de exagerar que no me estoy muriendo —comento con diversión—. Me acompañas hasta la parada. De ahí tomaré el autobús y tu irás a tu casa. ¿Vale?

—Vale... —ni siquiera se opone y sonrío.

Llego a él y me subo a su espalda. El rodea con sus brazos mis piernas por debajo y entonces lo abrazo por el cuello para los tres salir del lugar. Y mientras nos dirigíamos a la parada más cercana que era donde tomaría el autobús para regresar a casa, apoyé mi mentón sobre uno de los hombros de Yeonjun y mientras él y Jeulgi iban debatiendo acerca del trabajo que estábamos haciendo yo dejé que mis pensamientos divagaran rondeandome y llevándome a anoche. Y a lo que Jungkook me había dicho.

¿Que quería ser esa persona especial e indicada?

¿Por qué estaba actuando de esa forma ahora?

Y me preguntaba... ¿Que hubiese pasado si Jimin no hubiese llegado en ese momento? Mejor que haya llegado ¿verdad? Desvío mi mirada hasta Yeonjun y lo observo. Presiono mis labios mirándolo.

Fue lo mejor, sí.

Beso su mejilla sorpresivamente y él me mira.
—¿Y eso? —ríe levemente mirándome con cariño.

Him |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤, 𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora