Him |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤, 𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠

Treinta

Mini maratón
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                         Taehyung;

Observo a Jungkook pasar por el lado mío y de Jimin con Yeoreum como si prácticamente fuéramos invisibles. Y estaba extraño recientemente. Jimin coge una soda de la máquina y me mira alzando una ceja.

—¿Que pasa?

—Eso quiero preguntarte yo a ti —lo miré seriamente y él me observa algo confundido—. ¿No crees que Jeon está extraño?

Jimin deja de mirarme y dirige la vista hacia Jungkook que estaba apoyado en la pared a una distancia considerable de nosotros mientras Yeoreum estaba hablándole y sonriéndole con mucha emoción; Park se encoge de hombros.

—Sabes que él es a veces así.  Suele cerrarse sin motivo alguno.

E intenta irse pero lo tomo del brazo impidiéndoselo. Lo miro y él bufa.

—¿Ahora que? —me mira con cansancio.

—¿Hay algo que no sepa?

—Todo lo sabes. Por algo eres el más inteligente.

—Déjate de chistes.

Bufa y pasa su mano por su pelo tirando seguidamente de los mechones de este.

—No pasa nada.

—¿Se pelearon? —obvio su respuesta.

—No.

—¿Seguro?

—Que sí —y entonces me rodea para irse.

Pero yo sabía que había algo más.

Las clases en la universidad había concluido. Pensé que esta vez, los tres nos iríamos juntos como siempre pero eso no pasó. Jungkook se había ido antes con Yeoreum y Jimin se iba a “follar” con Haji. Y solo por hoy lo ignoraría pero mañana ellos dos me dirían que estaba pasando. Y sobre todo porque parecía que estaban peleados.

Antes de regresar finalmente a casa, me había puesto a dar un par de vueltas por Seúl, había revisado los puntos esenciales para un trabajo pendiente.

Y caminaba hacia la casa cuando siento mi celular sonar dentro de uno de los bolsillos de mi jeans. Saco este, viendo que se trataba de una llamada de mi abuela. Sonrío para responder a esta.

—¿Si, abuela?

—Oye, ¿por qué no has llegado? ¿Donde estas?

—Mhm ya voy de camino —sonreí—. Me entretuve un poco por eso me cogió tarde. ¿Ocurre algo?

—Aquí está Sooji.

—¿Sooji? —fruncí mi ceño.

—Mhm. —Asiente—. Me la encontré en el super así que la invité a comer. Ven rápido ¿si?

—Está bien —sonreí levemente.

Unos minutos después llegaba a mi casa. Cerré la pequeña puerta de la entrada y atravecé el caminito hasta llegar a la puerta de la casa. Saqué la llave abriendo esta  y adentrándome al interior de mi casa. Encontrando inicialmente todo en silencio.

—¿Abuela? —camino hasta la cocina. Y exactamente allí estaba la anciana.

—Oh, ya llegaste —me sonríe girándose a verme y me acerco a ella para darle un beso en la mejilla de saludo.

—¿Y Sooji?

—Está en tu cuarto. Ve y acompáñala hasta que termine de cocinar.

—¿No necesitas ayuda en algo?