Him |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤, 𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠

Veintiuno

Me puse la mano en la cabeza mientras resoplaba contra la almohada. Sentía que abría los ojos y me mareaba, si me movía me mareaba.

¡De cualquier forma el cuarto me daba vueltas!.

¿Era esto la resaca?.

Sentí como un tipo de sensación arremolinarse en mi estomágo. Era la sensación más horrible y rara que había sentido.

Me puse la mano en la boca e importándome bien poco el mareo que sentía me bajé de la cama corriendo y caí arrodillada frente al inodoro comenzando a vomitar. Estaba asqueada, era una sensación super asquerosa.

Descargué el inodoro y me levanté para lavarme de una vez la cara, la boca. Y me miré en el espejo viéndo el desastre tan horroroso que era ahora mismo. Maquillaje corrido, pelo todo desordenado. Suspiré y sin poderlo evitar pensé en el día de ayer. Sobre todo en lo ocurrido con Jungkook.

En la mañana habíamos regresado, y ni siquiera nos habíamos despedido. Solo le agradecí por traerme y en eso quedó todo.

—Me dijiste que...mi beso debía ser con la persona indicada y especial. Tú no lo eras. Así que....deja de confudirme, por favor.

Decirle eso fue lo mejor ¿verdad? Claro que lo fue. Bajé mi mirada dandome cuenta de que seguía usando su pulover. Debía lavárselo y entregárselo.

Arrastro mis pies, dispuesta a salir del baño y volverme a meter en la cama porque no me apetecía estar despierta, pero la presencia de mi madre se hace frente a mi y al mirarla me doy cuenta de que no parecía muy contenta.

—¿Todo bien con la resaca? —pregunta directamente.

Hago un puchero y niego.
—Me siento mal.

—Te preparé sopa para que se te quite. Date una ducha con agua bien fría y baja. De una vez hablaremos —sentencia y se gira desapareciendo de mi vista.

Suelto un suspiro, bajando mis hombros y busco una ropa para cambiarme antes de volverme dirigirme al baño y ducharme como mamá me había dicho.

El agua fría me hizo despabilarme un poco y para cuando terminé, que bajaba las escaleras en dirección a la cocina comedor me sentía solo un poquito mejor.

—Tómatela. Aún está caliente —me dice mamá.

—¿Y Jimin? —pregunto subiéndome en un taburete para tomar asiento frente a la sopa en el bowl que humeaba.

—Durmiendo —dice ella y aparta la silla que quedaba frente a mi. Con la barra separándonos—. Tomatela toda. Te hará bien.

Asiento despacio y cojo la cuchara para revolver un poco la sopa antes de comenzar a tomar de esta con la mayor lentitud del mundo. Mamá estaba frente a mi analizando cada mi más mínimo movimiento y siendo sincera me ponía incómoda su mirada.

—¿Podrías dejar de mirarme así? —pregunto mirándola.

—¿Que tienes para decirme? —pregunta ella de vuelta y mantengo mi cuchara dentro de mi boca mientras la observaba.

Suspiro y alejo esta para colocarla a un lado y entonces hablar.

—Lo siento —musito—. Sé que debes estar enojada porque me fui a la fiesta.

—Realmente no es eso, Sooji —la miro—. Me hubieras podido decir ¿sabes?. Sé que...ya eres mayor de edad, pero incluso tu hermano con veintidós me dice.

—Lo sé. No fue mi intención que pareciera que me escapé u algo así —musité—. Es solo que...estabas durmiendo y no quise despertarte. Perdón.