Treinta y cuatro

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—Acuéstate ahí —le indico a Jungkok y él se queda viendo eso.

—No puedo —es lo que contesta.

—¿Ves? Intentas huir —murmuré mirándolo.

—No es por eso...

—¿Entonces?

—No es algo correcto y-

—Entonces nunca debiste hacerlo ese día...

Se me queda viendo cuando digo aquello.
—Cuando murió papá. Te acostaste a dormir conmigo. ¿Era correcto en ese entonces? ¿O no lo era? —no dejé de mirarlo—. ¿Cual es la diferencia?

—Hay mucha —y ni siquiera me había dado cuenta del momento en que, en vez de yo sujetar su mano, era él ahora quién sujetaba la mía—. Y tú lo sabes.

Me le quedé viendo.
Como me miraba, como me observaba fijamente a los ojos. Esos ojos...

—Solo hoy —dije viéndolo fijamente—. Si luego de eso quiere apartarte para siempre, está bien.

Humedeció sus labios y se levantó. Pensé que se iría, de hecho, eso por segundos me asustó brevemente, pero apartó el edredón y se subió a la cama conmigo. Sin dejar de unir nuestras manos manteniéndolas juntas. Y se giró, quedando ambos frente uno al otro.

—Quiero que vuelvas a ser el Jungkook que conocí —susurro mientras nos mirábamos fijamente—. Vas a serlo ¿cierto?

Suelta mi mano y lleva esta a mi pelo, deslizando suavemente sus dedos entre los mechones de mi pelo. Acariciando con delicadeza con su pulgar sobre mi mejilla.

—Sooji yo... Yo estoy pasando por tantas cosas en este momento.

—Tú las vas a superar —murmuro viéndolo.

Lo veo sonreír casi sin gracia. Fue una sonrisa más bien sin ganas.

—No es tan fácil.

Lo miro, sin saber que decir. Porque si tan solo supiera que le pasaba. Que era eso que lo tenóa molestándolo...

—Sabes... —comienzo a decir y no lo miro, porque sentía que si lo miraba a los ojos podría ponerme más sentimental de lo que de por sí ya el asunto me ponía—. Cuando papá murió, llegué a pensar que luego de eso, mi vida no tendría sentido. Es decir... ¿como podría continuar mi vida, si no iba a tener una persona tan especial e importante en mi vida como él? Pero incluso si... yo pensaba de esa forma, tenía tantas personas a mi alrededor. Que se empeñaban en hacerme feliz y...  nunca dejaron de estar para mi. Y en esos momentos en los que creí que estaba sola, todos ellos siempre estaban allí. Haciéndome ver lo contrario.

Pausé por unos segundos.

—Cual sea la situación... cual sea la razón que te tenga así —lo miré y le dediqué una corta sonrisa
—, nos tendrás a nosotros, Jungkook. Tendrás a mi mamá que sabes que te quiere como otro hijo, a Jimin, a la familia de Tae, a Tae también. Me tendrás a mi...—lo mirè a los ojos—. Y claro, tendrás a tus padres.

Y entonces noto como en sus ojos se agrupan las lágrimas y el tragar se le dificulta mientras desvía su mirada. Y entonces, noto que el problema con sus padres, o entre sus padres, era mucho más serio. Se pone una de sus manos sobre su rostro y comienza a llorar mientras negaba.

—Ella no va a-a estar —dice y su voz sale levemente ahogada por el llanto. Respira mientras tomaba grandes bocanadas del aire y continuaba llorando—. E-ella no...

Y aunque quería entenderlo mejor y comprender todo, sabía que este no era el momento adecuado para seguirle preguntando. Pero me partía el corazón escucharlo llorar. Porque nunca lo había visto así, de esa forma. Tragué fuertemente, porque escucharlo y verlo así comenzaba a afectarme a mi también. Y a pesar de que no sabía si él realmente aceptaría mi consuelo, lo atraje suavemente hacia mi abrazándolo. Porque eso era lo único que podía hacer por él ahora.

Him |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤, 𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora