Cuarenta

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—¿Un viaje a la casa en el campo? —miro a mamá sorprendida.

—Mhm. Nos iríamos el viernes y regresaríamos el lunes. —Responde ella mientras se encontraba de espaldas cortando carne—. Tú lo necesitas, nosotros lo necesitamos. Será divertido para todos. ¿Por qué? ¿No quieres ir?

—Pues sí, claro. —Musito—. ¿Quiénes irían?

—¿En serio, Sooji? —se gira a verme ella—. La familia Kim, Jeon, nosotros. Y puede ir incluso Jeulgi.

—Vale.

—Si no quieres ir está bien, no puedo obligarte. Pero ¿no crees que realmente se necesita un pequeño respiro? —me observa atenta.

Presiono mis labios y asiento despacio en gran parte de acuerdo con ella; suspiro.

—Tienes razón.

—La pasaremos bien, en serio. —Deja un beso en mi frente y me sonríe cortamente para seguir con lo suyo.

A la mañana siguiente preparo mi mochila para otro día en la preparatoria y observo el anillo que Yeonjun me había regalado en mi mano. Trago y pongo este en la cajita en la que había venido  guardando esta seguidamente en el bolsillo delantero de mi mochila.

Esta vez me fui más temprano de lo normal y ni siquiera desayuné. Y no sé si esto tendría sentido, pero por alguna razón quería pedirle disculpas a Yeonjun y agradecerle por el tiempo que habíamos estado juntos. Él cuál realmente y desde el fondo de mi corazón aprecié. Pero ese día él no apareció en la prepa. Ni el día siguiente, ni el próximo. Y confirmé que cuando el dijo que se iría de Seúl realmente lo decía en serio.

—En serio lo querías mucho ¿no? —me mira Jeulgi, quién estaba sentada frente a mi. Ambas en el piso del gimnasio esperando que nuestro profesor de deportes apareciera.

—Supongo que sí —dejo ir un suspiro—. Pero está bien, realmente fue lo mejor. Él merece una mejor chica, y que ella lo quiera de verdad. Definitivamente esa no soy yo.

—No lo pienses de esa forma. Independientemente de todo, tú fuiste una novia muy linda. Ambos lo fueron. Yo me empalagué de amor con ustedes, y eso es prueba suficiente.

Solté una risita moviendo mis pies estirados y cruzados.

—Por cierto —la miro—. Mamá planeó un viaje a la casa del campo. Dijo que podrías venir, ¿quieres?

—¿¡A la casa del campo?! —los ojos prácticamente le brillaron—. ¿Donde está esa piscinota maravillosa, hay caballos, hay un sendero super grandote, está la colina y se siente como si estuviera en un cuento de hadas? –junta sus manos pestañeando varias veces.

—Mhm... sí —solté una risita—. Fuimos cuando éramos chiquitas ¿recuerdas? Supongo que siga igual.

—¡Claro que acepto! —exclama emocionadísima. Pero al momento su risa se desvanece—. Aunque ahora que lo recuerdo...

—¿Que pasa?

—Creo que no voy a ir —lloriquea—. Mamá y papá se van a Brasil a celebrar su aniversario de casados y tengo que cuidar a Jeulnah.

—Oh —musito—. Bueno, no importa. Puedes llevarla.

—¡¿En serio!?

—Claro. Adoramos a esa pequeña, así que está bien.

—¡Yupi! —se avalanza hacia mi en un abrazo y ambas caemos al piso.

—Me vas a aplastar —río tratando de sacármela de encima.

【...】

El viernes había llegado, y con esto nuestro viaje a la casa del campo ya que nos iríamos en la tarde. Acomodaba mi maleta con las cosas necesarias para todo el fin de semana. Y siendo sincera ya me emocionaba un poco poder estar en aquella casa la cuál no había visitado desde hace mucho tiempo. Y de la cuál tenía buenos recuerdos, los cuáles probablemente al mismo tiempo me pondrían nostálgica ya que la última vez que estuve en esa casa fue cuando papá estaba vivo. De cualquier forma disfrutaría aquella estadía y lograría que más buenos recuerdos se sumaran.

Him |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤, 𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora