Treinta y cinco

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—Besarte.

Y lo miré, mientras mi corazón seguía latiendo desenfrenado sin detenerse en mi pecho, mientras mis nervios seguían allí, mientras miles de sentimientos, sensaciones y un sin fin de cosas confusas azotaban mi interior en este momento.

—Pero...—vuelve a hablar él y me le quedo mirando, sin saber que decir, porque sí, me quedé literalmente detenida en el tiempo ante aquello que había soltado—. No puedo hacerlo ¿cierto?

Y quise decirle que sí, que si podía besarme. De verdad quise haberle dicho millones de cosas. Pero una parte pequeña, pequeñísima de mi, era racional y estaba consciente que realmente Jungkook no podía besarme. O al menos no ahora, no en este momento. Presiono mis labios, porque no sabía que responderle. O si, si sabía. Pero temía que si abría la boca para contestar, terminaría haciendo lo contrario de lo que mi parte racional me indicaba a hacer.

Él suspira, y al mirarlo solo me dedica una sonrisa breve y de labios cerrados.

—Deberíamos dormir —se gira, quedando boca arriba mientras pasaba uno de sus brazos dejándolos sobre sus ojos.

Sí. Debemos hacer eso.

Tragué fuertemente y me giré quedando boca arriba yo también. Pero no, yo no podía dormirme. Ni siquiera tenía sueño. Y eso que era bastante tarde y dentro de dos horas más o menos amanecería. Y aquí estaba yo como si fuese un animalito nocturno. Mantengo mis manos cruzadas sobre mi estómago viendo hacia el techo blanco de mi cuarto y muerdo mi labio inferior pensando en todo. En Seolmi; era como una madre para mí. Y le tenía mucho cariño también.

Me estremezco, cuando Jungkook toma una de mis manos y entrelaza nuestros dedos. Lleva esta a encima de su abdomen, y la mantiene entre sus manos.

—¿No tienes sueño?

—No...

—¿Sigues durmiéndote con caricias? —pregunta, y por su voz baja y medianamente ronca, supe que él si estaba un poco ya somnoliento.

—Eso era cuando tenìa como diez años —digo divertida a pesar de todo.

—¿Lo probamos?

Lo miro en seguida y él tenìa los ojos cerrados. Tragué fuertemente sintiéndome con mucho calor en el rostro; seguramente de mi estúpido sonrojo. Y que bueno que tenìa los ojos cerrados.

—No va a funcionar —respondo.

—Cierra los ojos y veremos.

Suspiro y aún así lo hago. Y me quedo quieta en mi sitio, sintiendo mi corazón volverse loco nuevamente, cuando siento como él me acerca a su cuerpo y me envuelve en sus brazos, mientras uno de estos rodea mi cintura y el otro comienza a acariciar mi pelo. Y sí, no se si funcionará ahora, pero antes solía dormirme mientras acariciaran mi cabello. Y no pude evitar que mis vellos se erizaran  poco, cuando las yemas de sus dedos recorrieron por milisegundos mi nuca. Y en algún momento, yo había quedado de espaldas, mientras él me abrazaba de esa forma, sin detener su mano que provocaba caricias en mi pelo que sí, increíblemente estaban logrando que el sueño de forma despacio comenzara a apoderarse de mi.

—Buenas noches —es lo último que escucho de su parte, antes de dormirme profundamente.

【...】

Abrí mis ojos despacio, y como si mi cabeza ya estuviese anhelando eso, pensé que cuando me despertara, Jungkook estaría conmigo ahí. A mi lado.

Pero no. Ese lado en la cama estaba completamente vacío. Sin embargo, uno de mis bloc, estaba encima de la mesita de noche abierto y aquello me causó curiosidad. Así que lo tomé para ver; encontrando una pequeña nota de Jungkook.

Gracias por ayer; por haberme escuchado, por haber sido paciente conmigo, por entenderme. Simplemente por todo. Me gustó estar contigo, tenerte entre mis brazos. Y realmente te extrañaba mucho, Sooji.

Suspiré, leyendo eso y cerré el bloc, poniéndome las pantuflas para salir del cuarto y dirigirme al baño a hacer pis y lavarme un poco la cara. Me asomé en el cuarto de Jimin, pero al parecer no había llegado. Suspiré y bajé a la cocina para prepararme un desayuno ya que me moría de hambre.

Durante toda la mañana, intenté estudiar un poco, despejarme viendo cualquier vídeo que me resultara interesante en Internet. Pero la verdad, es que me resultó imposible dejar de pensar en la  enfermedad de Seolmi. Me encontraba acostada en la cama viendo fijamente el techo; quería llamar a mamá y decirle que ya lo sabía todo. Pero ella debía estar ocupada y no quería molestarla.
Escuché un sonido afuera y alcé una ceja; ¿será Jimin? Iban a ser las tres de la tarde y él aun no había llegado.

Abro la puerta y me asomo en las escaleras, solo llegando a ver medianamente como entraba a la cocina. Bajo los escalones de la escalera dando saltitos.

—Vaya... ¿quién será la afortunada de haber dormido contigo y de haber tenido incluso una mañana a su disposición? —es lo que digo cuando llego a la cocina cruzando mis brazos viéndolo acusadora.

—Buenas tardes para ti también, Sooji —dice de espaldas mientras al parecer se preparaba un sándwich.

Rodé los ojos y me senté en un taburete frente a la barra apoyando mis codos en esta frente a mi mientras lo miraba.

—¿Podemos hablar? —pregunto directamente viéndolo.

Él se gira a verme mientras alzaba una ceja.

—¿Y esa seriedad? —pone su sándwich preparado encima de un plato y toma asiento en otro taburete frente a mi. Solo separados por la barra en el medio.

—¿Tù...sabías acerca del cáncer de Seolmi? —voy directo al punto; y Jimin que se disponía a darle una mordida a su sándwich se detiene ante mi pregunta.

Me mira en seguida.

—¿Cómo lo sabes?

Claro; no por gusto es su mejor amigo.
Obvio que debía saberlo.

—¿Tae lo sabe también? —le pregunto.

El suspira y entonces concentra toda su atención en mi.

—No. Tae no lo sabe.

—¿Por qué? —pregunto sin comprender.

Vuelve a botar un suspiro.

—Yo me enteré por... casualidad. Mamá estaba hablando con tía y ahí fue que lo supe. Ella no quería que nadie lo supiese. Jungkook tampoco quiere que nadie lo sepa; solo lo sabemos mamá y yo —hace una pausa—. ¿Tu como lo sabes?

—Jungkook me lo dijo —confesé.

Jimin arqueó una ceja confundido.
—¿En que momento? —preguntó.

Negué.
—Eso no importa —fue mi respuesta—. ¿Sabes si... Seolmi, está recibiendo todos los tratamientos?

—Mhm –asiente él, con la cabeza pero sin mirarme—. Está en etapa tres; lo sabes, ¿cierto?

—Lo sé —musité, dolida de solo volver a pensar en eso. Sintiéndome triste por todo lo que ocurría.

—Ahora que puedo hablar de esto... —veo a mi hermano pasar su mano por su frente, algo frustrado y triste también; traga antes de continuar—, me siento muy mal Sooji. Es decir... Seolmi es realmente importante para todos nosotros, siempre ha estado en nuestros cumpleaños, fiestas de navidad, fin de año, año nuevo, celebraciones incluso sin motivo. Y cuando murió nuestro padre, estuvo ahí. Lo mismo pasa con Mirae (mamá de Tae). Es triste pensar, que algo así le esté ocurriendo a ella.

—Lo sé –susurré. Porque yo también lo sentía de esa forma.

—Además —Jimin prosigue—, Jungkook lo está pasando verdaderamente mal. Y lo peor de todo, es que... quiere sufrir ese dolor solo.

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Mini maratón
1/2

Perdón por la tardanza <\3

La verdad tenía capítulos para publicarles pero no había tenido tiempo de editarlos así que no podía subirlos como estaban. Pero ya están dos listos, así que al menos un mini maratón 🧡

Him |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤, 𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora