Siete

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—¡Tachán! —exclama mi amiga y gira el espejo hacia mi dejándome ver mi reflejo y mi look.

Lucía un vestido blanco de tirantes con forma de corazón en el pecho que contaba con unas rosas plasmadas en su tela. Era un vestido sencillo, pero había sido un regalo de la misma Jeulgi y siendo sincera me había encantado.

—Eres increíble —suelto una risita abriendo mis brazos mientras ella se acerca a mi y me abraza sonriendo.

—Lo sé. Pero gracias —dice divertida—. La otra vez, fui a una tienda con mamá y a penas lo ví, solo te ví. Sabia que te quedaría hermoso y, ¿que mejor que regalártelo por tus dieciocho?. Soy la mejor amiga del mundo ¿a que si?.

—Lo eres —sonreí—. Pero no era necesario, Gi. Me hubiera gustado de igual forma algo simple y hubiese estado bien.

Se pone la mano en el pecho re ofendida.

—Claro que no. —niega—. Para mi amiga, always the best.

—Gracias. Lo usaré mucho —reí.

—Sooji unnie, yo traje algo para ti también —alzo una ceja cuando habla Jeulnah y abre su mochilita rosa de la Princesa Sofía.

—Que calladito se lo tenía —frunce el ceño Jeulgi y río viendo a la niña que extrae de su mochila una pequeña tiara.

—Hoy eres la princesa. Así que debes de tener una tiara ¿no?.

—Aww —sonreí enormemente con tenura y me senté en la cama mientras Jeulnah se ponía en puntillas y yo agachaba mi cabeza para facilitárselo.

Ella pone la tiara en mi pelo y me sonríe.

—Ahora sí. —dice sonriendo.

—Que linda eres, gracias —sonreí y le di un abrazo al que la pequeña respondió sonriendo y emocionaba.

—De verdad que estás perfecta —añade Jeulgi y sonrío ya algo avergonzada.

Volví a mirarme frente al espejo y sonreí. Estaba feliz, no lo negaba. Y me sentía bien, alegre, emocionada. Sobre todo por estar rodeada todos los años de personas que me querían y que claramente yo también quería.

—Ahora bajemos —aplaude Jeulgi.

Asiento y suspiro antes de que mi amiga se enganche a mi brazo y Jeulnah tome mi mano mientras salíamos de mi cuarto y luego nos dirigíamos a las escaleras. Viendo ya desde mi sitio a toda la familia y sonreí al ver ya a la señora Jeon, pero no estaba el señor Jeon.

Y tampoco Jungkook.

Jeulgi y Jeulnah bajaron primero y entonces todos notaron mi presencia. Sonrieron y yo les devolví la sonrisa bajando las escaleras mientras ellos me miraban emocionados.

—¡Dios, que preciosa! —exclama mi madre levantandose en seguida para acercarse a mi, y mirarme encariñada.

—Gracias.

—Sooji, feliz cumpleaños —se levanta Seolmi (la mamá de Jungkook) y viene hacia mi—. Que rápido te has convertido en una mujer.

—Gracias —sonreí respondiendo a su abrazo mientras ella besaba mi frente al alejarse.

—Estás preciosa.

—¿Y el señor...Jeon? —pregunté viéndola. Y recibí una sonrisa de ella algo incómoda que trató de pasar por desapercibida.

—Él estaba ocupado. Por eso no pudo venir. Pero te desea un feliz cumpleaños.

—¿Y Jungkook? —continué preguntando.

Him |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤, 𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora