Cuarenta y cinco

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Sooji;

-No vayas. -Tae me toma del brazo impidiéndome que fuera tras Jungkook.

Miro su mano tomándome con fuerza, pero sin hacerme daño, luego nos miramos a los ojos y encuentro en su mirada algo que no logro descifrar. Pero entendía claramente que no ir por Jungkook quizás era lo mejor o al menos en este momento. Muerdo mi labio y veo como Yeoreum se levanta casi al instante y lo sigue.

Trago fuertemente y miro a Tae quien desliza suavemente su mano hasta tomar la mía y acariciarla con cariño. Permanezco a su lado en silencio y aunque una parte de mí, insiste en querer ir a ver a Jungkook, la otra sabe que él posiblemente va a estar mejor con Yeoreum. Al final de cuentas a ella siempre la deja acercarse y a mi me termina alejando de todas las formas posibles.

Estuvimos allí durante un buen tiempo y el ambiente se sobreecargó de tristeza. Todos estábamos muy afectados con lo que estaba pasando Seolmi y sabíamos que esto solo era el inicio. Se había hecho tarde y comenzamos a organizar las cosas. Jungkook y Yeoreum no habían regresado del lugar al que sea que hayan ido y solo esperaba (en el fondo) que Jungkook estuviera bien.

Jeulgi había mantenido el resto de la noche la distancia y Tae y yo por otro lado estuvimos juntos la mayoría del tiempo organizando todo. Yo me brindé para lavar los trastes y la familia poco a poco fue a dormir. Organizo las cosas y tomo los guantes dispuesta a comenzar con mi labor.

-¿Puedo ayudarte, verdad? -volteo ante esa voz viendo a Tae observarme curioso.

-Pensé que ibas a dormir ya.

-No tengo tanto sueño -pone una mueca caminando hacia mí-. ¿Te molesta si me quedo?

-Claro que no.

-Bien, te ayudaré entonces -sonrió levemente y alcanzó unos guantes para él poniéndose seguidamente a mi lado para lavar los trastes también; él decidió lavar y yo opté por secar y acomodar en cada lugar perteneciente.

Al inicio mientras él lavaba y yo secaba todo era en silencio, solo el sonido de los platos chocar levemente, los vasos, cubiertos. Y era entendible que nos sintiéramos siquiera incapaces de hablar de cualquier cosa cuando lo que estaba ocurriendo nos estaba lastimando demasiado. A pesar de que lo intentaba, no podía dejar de pensar en Seolmi y en que lo único que deseaba era que estuviera bien.

Tomo unos vasos que iban en un estante de los de arriba y como puedo abro la puertecita que los mantenía guardado. Me pongo en puntillas y logro poner uno en su lugar. Cuando iba a intentar poner el otro, Tae lo toma estando detrás de mí y lo coloca con mucha facilidad.

-Gracias -me giro para verlo y sonreírle.

Me dedica solo una sonrisa de labios cerrados y continúa en lo suyo; ya casi terminábamos.

Me mantengo apoyada en el borde de la encimera y lo analizo. Él y su familia fueron prácticamente los últimos en enterarse de la situación de Seolmi. Y tanto él como yo, y como Jimin la queríamos muchísimo.

-¿Crees que...? -su voz fue muy clara en el perfecto y actual silencio-, ¿crees que Seolmi estará bien?

Me encojo de hombros un poco triste.

-No lo sé -musito-. Quiero creer que si lo va a estar. Es una mujer fuerte.

-Sí, lo es. -Suspira apoyándose tambien en el lado en el que se encontraba de la encimera mirándome desde su lugar.

-Siento no haberte contado esto -lo observo-. Es decir... Jimin y yo lo sabíamos y-

-Está bien. No pasada nada -asegura comprensivo-. Entiendo que Seolmi no haya querido entristecernos. Aunque eso no quita que nos ha afectado.

Him |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤, 𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora