Cuarenta y uno

1.8K 234 53
                                    

—Esta será nuestra habitación. Está bonita ¿no? —miro a Jeulgi que miraba esta como si no fuese real.

—¡Está más que bonita! Amo todo. Parece habitación de princesa.

—¿Te gusta, Jeulnah? Tú dormirás aquí también —miro a la pequeña.

—Es muy linda —sonríe feliz.

—¿Podemos organizar las cosas después e ir a recorrer el lugar ahora? —me mira mi amiga emocionada.

—Claro, vamos —sonrío.

Y era realmente imposible no enamorarse de esta casa, de este lugar y de absolutamente todo lo que lo rodeaba.
Esta casa era grandísima, con varias habitaciones, un gran comedor e increíble patio que brindaba una piscina y un área para disfrutar de una deliciosa parrillada en familia. Añadiéndole a todo eso, los grandes senderos que poseía con árboles, y el gran establo con unos diez caballos más o menos para dar un paseo y vivir un increíble momento. Era perfecto.

Habíamos llegado cuando ya estaba prácticamente anocheciendo, por lo que realmente no tuvimos todo el tiempo para recorrer totalmente el lugar y mirar todo con cada detalle; de igual forma tendríamos el fin de semana completo para no perdernos nada. La luna estaba gigante y brillante y el reflejo azul de la piscina iluminaba el alrededor mostrando una vista bastante bonita.

Tomé una ducha cuando regresé a la habitación ya que mamá había llamado a todos para cenar juntos. Jeulgi, Jeulnah y yo bajamos las escaleras para ir hacia el gran comedor donde la señora Kim terminaba de poner los platos.

Choco con Jungkook cuando voy a sentarme, pero no lo miro y solo busco una silla para sentarme. Lo hago al lado de Jeulgi y con Jeulnah a mi otro lado.

—Preparamos comida italiana~ —dice la señora Kim entrando sonriente con cada plato preparado con ayuda de mamá y de Seolmi a la que no puedo dejar de mirar porque me duele recordar por todo lo que está pasando, y sobre todo el hecho de que lo ha estado ocultando todo este tiempo para que nadie se preocupara.

Y me imaginaba que no era para nada fácil. Ni para ella, ni para el papá de Jungkook y por supuesto, menos para él. No puedo evitar observarlo y es tan atento con su mamá. A pesar de que una pequeña parte de mí seguía enfadada por lo patas arriba que siempre ponía mi vida, me lastimaba verlo resistir de aquella forma cuando estaba tan débil y frágil por dentro.

Y no sé en que tiempo pero habían preparado varios platos decomida italiana, como pasta, espagueti...

—¡Yo quiero espagueti! Lo hiciste tú, ¿verdad abuela? —dice sonriente mi hermano mientras extiende su plato hasta mi madre para que le sirviese.

—Claro, cariño. Como los viejos tiempos ¿recuerdas?

Y yo también pido espagueti porque abuela hacía los mejores espaguetis del mundo y a mí me encantaban.

—Tae —habla Jimin de momento, girándose hacia el mencionado que estaba sentado a su lado—, ¿te acuerdas esa vez que Sooji por poco se ahoga con un fideo?

Mantengo una parte del fideo que justo me estaba comiendo con parte afuera y lo absorvo entrándolo a mi boca para levantar mi cabeza y mirar a Jimin con seriedad porque ya sé lo que iba a comenzar a hacer.

—¿Vas a empezar? —alzo una ceja.

—Solo estoy recordando ese día —me mira burlón.

—¿Quieres que empecemos a recordar días? —aparto mi cubierto para entrelazar mis dedos y apoyar mi mentón sobre mis manos entrelazadas.

—Sorpréndeme —me miró de la misma forma.

—Chicos... —mi mamá advierte pero ya era muy tarde porque Jimin y yo estábamos listos para ver quién avergonzaba más.

Him |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤, 𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora