Gotta Have You [G!P] |Lumity|

2.

Luz.

—Te veremos mañana, Luz —Gus se despidió sacudiendo su mano.

—Te esperaremos en la puerta principal —Willow guiñó su ojo—, y de nuevo, bienvenidas a Gravesfield —ella nos sonrió a mi madre y a mí.

—Muchas gracias, Willow —mi madre sonrió.

Ellos se alejaron caminando y suspiré.

—Son buenos chicos, deberías considerar mantener una amistad con ellos —escuché a mi madre, la miré asintiendo—, quizá cuando la casa esté más arreglada los invites a cenar.

—Mamá —ella empezó a reírse levemente.

—¿Qué? Trato de conseguir buena fama en el vecindario —ella respondió.

Rodeé los ojos y vi a King correr hacia mi. Él brinco y lo tomé en brazos, con ocho años era todo un remolino con patas.

—¡Vamos a jugar, Luz! —gritó emocionado—, el rey demonio necesita su ejército.

—King, debo seguir ayu-

—¡Por favor! —hizo puchero y me miró con una tierna cara de cachorro.

—Vayan a jugar, nosotras nos encargamos —dijo mi madre rápidamente.

—Más te vale dejar sin energía al demonio, no deseo más desastre en mi sala—Eda intervino apoyando a mi mamá.

—Y debe prepararse porque mañana también regresa a clases y-

—Shhh, Tía Lilith, no arruines el momento. Vámonos, Luz —King bajó de mí tomándome de la mano y me guió hacia el patio trasero de mi casa— ¿En dónde estábamos? ¡Ah sí! Íbamos a asaltar el castillo del rey arena.

—Oh cierto, yo asaltaría el castillo por detrás y tu lo atacas en el frente —corrí hacia la pequeña montaña de arena del patio y tomé los diferentes soldados que King tenía regados.

Lo conozco desde que tenía un año y prácticamente he crecido con él y hasta ahora parece más mi hermano menor que un mejor amigo, aunque Lilith diga que seríamos algo estilo primos, pero eso importa poco. Ni siquiera el hecho de que no compartimos algún lazo sanguíneo.

Jugamos por varios minutos, King siempre tiene el juego de ser el rey de los demonios y quiere liderar un ejército de ellos. Su fascinación por diversos temas le permiten crear grandes universos en su cabeza, su imaginación no tiene ningún límite.

—Luz... —me detuve antes de que ambos aplastaramos la arena.

—¿Sucede algo, pequeño? —me puse a su altura cuando lo escuché sollozar—, King, por favor ¿No te gustó el juego? Podemos hacer otra cosa.

—¡No quiero que vayas! —gritó mirándome, tenía algunas lágrimas en sus ojos—, la escuela es aburrida, los niños son horribles ¡La escuela apesta!

—Cuida ese lenguaje —lo señalé.

—No eres el capitán América para decir eso —se cruzó de brazos. Me senté en el pasto invitándolo a que se siente a mi lado.

—King, no puedo simplemente faltar a la universidad —empecé—, además de que trabajaré en la casa búho, pero sabes que después tendré tiempo libre y ahí podemos jugar. Estarás en la casa búho también ¿No?

—Sí, pero yo tendré tareas y no es divertido —hizo un puchero sacudiendo sus pies.

—Quizá este año no sea horrible como los anteriores, tal vez encuentres un amigo o-