Gotta Have You [G!P] |Lumity|

28.

Amity.

—Sabía que algunas chicas cuando empiezan una relación terminan mudándose a los meses, pero tu fuiste a lo grande —Boscha siguió molestándome.

—¿Sabes que puedo sacarte del auto estando en movimiento? —amenacé quitando el seguro de las puertas.

—¡Era broma! —rápidamente Boscha se puso el cinturón de seguridad. Ella siempre se olvida de su existencia.

—Ya sé lo que hice, y suena horrible —Boscha me miró confundida, volví a activar los seguros de las puertas—. Plantea esto, yo llego a ti a decirte que tendré un hijo accidental con mi ex novia ¿Cómo se escucha eso?

—Horrible, tienes razón. Se suaviza si quitas lo "accidental".

—Sigue sonando horrible —insistí.

—Dejaría de sonar horrible si arreglas las cosas con Luz de una buena maldita vez.

Me detuve frente a la farmacia y suspiré. Había pasado al menos dos semanas y tan solo me comunico con Luz para saber cómo está, si requiere algo o cosas extra. Todo menos terminar de hablar del tema.

—Tuvimos cosas más importantes de qué hablar —miré a Boscha—. Además, todo es extraño, nos llevamos bien y hablamos con naturalidad, pero sabemos que algo no está bien con nosotras.

—Opino que la invites a cenar —Boscha sugirió. Abrí las puertas y salí de mi auto seguida de Boscha—. Hay un restaurante nuevo con terraza, suena romántico desde mi punto de vista.

—Solo si su madre la deja salir de casa —junto a Boscha empecé a caminar para entrar a la farmacia—. Su madre se puso sobreprotectora, la entiendo, el primer trimestre es dónde ocurre la mayoría de abortos.

—Vale, entonces ¿Y si le llevas una cena a su casa? —Boscha volvió a preguntar.

—¿Para que Eda me mate en el primer momento que me vea? No gracias. Ella tiene ganas de asesinarme —entramos a la farmacia—. Por lo que sé, los demás no saben del embarazo, solo Camila. Así que si Eda ya me odia por lo que hice ahora me odiará más cuando se entere que dejé a Luz embarazada.

Caminé hacia el mostrador pidiendo las medicinas que Luz necesitaba. En aquella visita al ginecólogo nos regalaron algunas medicinas de muestra, ahora ya éstas iban por mi cuenta. Lo suficiente para que abarquen dos meses.

—Iré contigo y esperaré fuera de la casa. Cuando escuche los gritos entraré y trataré de salvarte. Eda da miedo, pero puedo soportarlo —Boscha se estremeció a mi lado.

—Buscaré otro momento para hablar con Luz. Por ahora, solo debo llevarle esto. Con suerte hablaremos un poco y después regresaré a los ensayos.

—Como quieras, hablando de los ensayos ¿Les contarás a las demás? En algún punto se preguntarán por qué hacemos tantos ensayos y abarcamos varios conciertos.

—Quiero esperar a contarles, por ahora puedo decirles que estoy ahorrando para un departamento o algo así —respondí. Recibí las medicinas pagándolas—. De cualquier forma, se enterarán.

—En eso tienes razón.

Ambas salimos de la farmacia y volvimos a subir a mi auto. Seguimos hablando por unos minutos hasta que la dejé en el estudio. Dejé mis cosas con las chicas y me fui camino a la casa de Luz.

—¡Hola! Hem... Estoy afuera de tu casa, traje todo lo que la doctora indicó —dije al teléfono con la bolsa en mi mano.

—¡Gracias! En un momento salgo, hay una riña familiar por una caja de cereal.