Capítulo 17.-Su propio bando.-

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Narrador omnisciente.

El plan principal había fallado, Alicent había ordenado que todos viajan juntos en la carroza real, Alyrya por obvias razones no se negó, de lo contrario todo se iría al demonio.

-¿Sucede algo, Aegon?-Pregunta Alyrya al verlo con lágrimas cayendo de sus ojos, silencioso.

-¿me seguirás amando, a pesar de todo?-Pregunta.

Alyrya lo mira, pensando si es una broma, pero se daba cuenta que no lo era. Aegon a pesar de ser un borracho y un inútil a sus ojos (inútil en sentido de ser rey) se daba cuenta de que solo era un niño roto. Mendigando por amor.

-Claro que te seguiré amando, mi amor.-Contesta la princesa tomando su mano, dándole una suave caricia.-¿Cómo podría dejar de amarte? Eres mi niño.-

-Eso es lo único que me interesa ahora, Tía. Tener tu apoyo significa muchísimo para mí. Serás mas eficiente como mi mano que mi abuelo.-

-Eso espero.-

Alyrya pretendía derrocarlos en pequeños momentos. Cuando llegue la hora de juntar aliados la mano tendrá que hacerlo. Cuando llegue el momento de hablar con Rhaenyra ella deberá hacerlo como la mano. Pretendía derrocarlos pero evitar sus muertes a la vez. A pesar de todo era su familia. ¿Cómo podría quererlos muertos?

-¿Listos?-Pregunta Alicent.

-Permiteme.-Le dice Alyrya bajando primero, extendiendo su mano para ayudarla a bajar.

Sir Criston la mira desde el otro carruaje, bajando junto a Otto. Ambos se daban cuenta de que Alyrya tenía a la reina en la palma de su mano. Las dos mujeres más Aemond y Helaena entran, en la espera de que Aegon haga su entrada. Los aldeanos observan la situación, unos ojos conocidos se clavan en la princesa Alyrya, su guardia no podía creer lo que veía. ¿Acaso estaba traicionando a Rhaenyra? No podía creerlo ni viendolo, pero entendía que debía ser una estrategia.

La coronación empieza, Otto ve con recelo a Alyrya porque sabe que es el momento de nombrarla como mano, su mayor pesadilla desde que la conocía se estaba cumpliendo. Una mujer bastarda, estaba por ocupar su cargo. ¿Cómo podía vengarse de aquello? Al ser la mano, Alyrya tenía casi el mismo poder que Aegon y sabe, que ella es aún mas manipuladora que él. Todos se agachan ante Aegon, el mismo observa a su única tía con una sonrisa oculta, se acerca, y posando la espada del conquistador sobre su cabeza, habla alto para que los presentes lo escuchen.

-Princesa Alyrya Targaryen, primera con el nombre, miembro de los capa dorada, miembro del consejo de su majestad, yo Aegon Targaryen, segundo con el nombre, rey de los Ándalos, los Rhoynar y los primeros hombres, señor de los siete reinos y protector del reino te declaro la mano del rey.-

-Es un honor, majestad.-Habla Alyrya levantando su cabeza.

Aegon extiende su mano para que se levante, al hacerlo, camina hacia Otto y con media sonrisa le quita sus distintivos de sus prendas, para ponerlos en el vestido de Alyrya.

En el instante que todos alaban a los recién nombrados, algo sucede. Un enorme dragón surge entre las personas, llevandose a algunas por delante.

-¡Ve por Helaena!-Ordena Alicent a Criston, Alyrya se adelanta para caminar hacia Aegon.-Lyrya.-Exclama Alicent con temor.

Rhaenys observa a su prima con sorpresa, pero entiende la mirada de Alyrya. Entiende que tiene un plan. No los ha traicionado. Sabe que su sonrisa significa que debe actuar como iba a hacerlo, para que se cree la atmósfera que ella necesita.

Alyrya baja la cabeza ante el gruñido del dragón delante de ella, pero sin moverse de frente su sobrino, sabe que Rhaenys no va a herirla.

"Vete" pide Alyrya con la boca, sin pronunciar las palabras. Los presentes respirando agitados se acercan a Alyrya y Aegon. El último parecía que se iba a desmayar, la primera fingía temor, lo que le salió perfecto porque Aemond la abrazó con fuerza, casi sacandole el aire.

La bastarda roja ||Versión Black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora