Capítulo 39.-Sir Christopher.-

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Narrador omnisciente.

Sir Christopher siempre había sido un hombre de honor. Un hombre íntegro y leal. Su vida se basaba en proteger a su señora;Alyrya Targaryen. Pero cuando los sentimientos se interponen, es difícil solo protegerla físicamente. ¿No es así? Christopher Cole era el mayor de sus hermanos, como guardia de la princesa Alyrya no podía tener una esposa, hijos o tierras. A diferencia de Criston, él sí amaba sin esperar algo a cambio. Él nunca esperó que la princesa correspondiera a sus sentimientos, nunca le había pedido dejar todo por lo que había luchado para irse con él. Sería injusto y egoísta, y él no podía serlo con ella. ¿Cómo podría? Literalmente la definición de amor es felicidad. Y ella era feliz siendo princesa, estando con su hermano Viserys. ¿Cómo podría privarla de eso? ¿Cómo podría privarla de lo que para ella era felicidad para ser él feliz? Por eso él nunca dijo lo que sentía hasta ese día. El día en que ella tuvo un colapso, diciendose que era de lo peor. Entonces él se vio en la obligación de decirle que no lo era y ahí, sus sentimientos salieron a flote. ¿Qué vio él en los ojos de su señora? Sorpresa, confusión y, oh, ¿sentimientos iguales? Tal vez era su deseo ver eso, porque Alyrya lo admiraba y amaba como a su familia. Pero sir Christopher no descartaba poder tener algo, aún sabiendo que ella no le corresponde sentimentalmente. Estaba enamorada de Aelor.

-Princesa.-La saluda él como cada mañana, pero ese día era diferente para Alyrya.-El desayuno está listo.-Le indica en un tono más bajo, viendo que Aerys duerme prendido de su seno.

¿No es la mejor vista? Se piensa él. La mujer que ama con un bebé. Desearía que fuese su bebé. Pero los dioses no lo quisieron así y él respeta a los siete. Tal vez si hubiese seguido los pasos de Harwin Strong, podría ser el padre de los bebés de Alyrya.

-¿Cómo estás esta mañana, Chris?-Su apodo en los labios de ella sonaba precioso y él amaba y esperaba cada vez que ella lo decía.

-Bien, mi señora.-Ella toma sus manos, mientras que a él le late con fuerza el corazón.-Estas semanas en Winterfell fueron horribles.-Admite.-El frío es inhumano.

-Lo es, sí. Pero preferible al calor de aquí. ¿No?-Ambos ríen, con mucha comodidad. Sintiendose bien con la presencia del otro.

-Cualquier cosa es mejor que el calor. Siento que es el aliento de Atticus.-Bromea, ella, lanza una carcajada contenida por los bebés durmientes.

-Quiero agradecerte una vez más por todo lo que haces por mi, Chris.-

Y ahí estaba, en sus ojos, el indicio que Christopher percibía. Sus ojos demuestran pasión y amor. ¿Significa que siente lo mismo y lo reprime?

Alyrya piensa en ese instante, cuanto admira la lealtad y valentía de su guardia. Su mejor amigo. Está agradecida con él, piensa que no habría conseguido a nadie mejor.

-¿Recuerdas como nos conocimos?-Inquiere la princesa mano.

-¿Cómo olvidarlo, Princesa?-Sonríe el castaño, sin poder soltar sus manos, siente que de hacerlo, moriría de tristeza.-Hace unos veinticinco años. Usted era una niña de veinte, aún sirvienta, recuerdo verla pelear con el príncipe Daemon, la entrenaba para los capa dorada, llevaba el vestido de bordados rojo y negro.

-Qué buena memoria, mi amigo.-Le sonríe ella, transportandose al momento exacto.-Tampoco niña, nos llevamos cinco años, Christopher.

-Usted era una niña de todas formas. ¿sabe? Cuando el rey Viserys-Alyrya se entristece por la mención de su hermano.-le pidió escoger un guardia ¿por qué yo? Nunca lo he preguntado y en verdad me da curiosidad.

-siempre habías sido bueno conmigo aún siendo sirvienta, entonces, pensé que eras buena opción.-Le sonríe ella.-Y en estos veinticinco años no me has decepcionado, Christopher. Eres el más leal de mi lado.

-Siempre fue un honor y no es porque la ame, mi señora. Usted es de las pocas personas que valen la pena en este mundo. La esperanza de los siete reinos para vivir en paz.-Admite Christopher con un suspiro cuando ella suelta sus manos para escucharlo atenta.-He visto su constante crecimiento, mi señora, siempre alcanzando sus objetivos, admiro eso de usted.

Entonces Alyrya entendió que él no estaba enamorado de ella, sino, que sentía una muy fuerte admiración y eso se confundia fácilmente, ella lo había sentido con Daemon. Ella lo admiraba tanto que creía que era amor y eso la llevó a cometer tonterías, como pedir su mano ante Viserys, ir a la guerra de los peldaños con un bebé recién nacido. Ella lo amaba claro, por ser su hermano. Ahora era claro para ella.

-Son muy bonitas palabras, Chris.-Ella se acerca, haciendo que el sir suspirara con fuerza hacia adentro.-¿Qué sucede?-Inquiere algo confundida.

-Quiero besarla, mi señora. Sé que no es correcto.-Contesta él.

-Estamos en guerra, sir. Nada de lo que hagamos lo es. ¿Qué es lo que desea?-Pregunta con un tono claro de provocación.

-Hacerle el amor, mi señora. Con todas las fuerzas de mi corazón, que le pertenece.-Alyrya suspira pesado ante la declaración.

¿Deseo? Claro. Pero el amor que ambos se tenían aunque fuese distinto, los condenaba.

-Hazlo, Christopher.-Accede ella.

-Ven aquí, Alyrya Targaryen.-Reclama él, tomando su cintura para levantarla y unir sus labios.

Sir Christopher al ser mucho más alto, sobrepasando los 1,90 de altura y la musculatura de cualquier hombre con el que ella haya estado, la levanta con mucho cuidado antes de atravesar uno de los pasadizos secretos y cerrando con mucho cuidado, ella vuelve a saltar sobre él. La luz de las antorchas era suficiente para ambos. Por obvias razones no lo harían en la habitación, los bebés estaban ahí y sería una falta de respeto. Ambos dando suspiros llenos de lujuria y ansias empiezan a desnudarse, él acaricia cada herida que tiene su cuerpo, ella se lo permite con ansias, sintiendose amada.

Sir Christopher acaricia su rostro con cariño antes de levantarla con cuidado para ponerla sobre la pared, con las piernas de ella en su cadera, el ángulo perfecto para el coito, dandole un asentimiento, él ingresa haciendola echar la cabeza hacía atrás, nunca había sentido tanto cariño en la primera vez. Él se movía lento y procurando el placer de Alyrya, no el suyo. El placer de Christopher era verla retorcerse. Ella al darse cuenta de eso, mueve su cadera para hacerlo disfrutar al igual que ella, ambos mirandose sin poder dejar de gemir en el rostro del otro, dandose sonrisas pícaras, ambos son complices. Nunca nadie la conocería como él y estaba agradecido por dejarlo conocerla de este modo. Tal vez ella no estaba enamorada, pero confiaba en él y para Christopher, eso era mucho mas sagrado que cualquier amor.

Cuando ambos llegaron al orgasmo, se quedaron abrazados, para luego empezar a reírse cual locos.

-Eso fue inesperado.-Se ríe Christopher.

-Sí que lo fue. pero también debo admitir que fue bueno, Christopher.-Ambos se sonríen.

-Sé que no me ama como yo desearía, pero confía en mí y eso es mucho más sagrado que cualquier cosa, Princesa.

-Confío con mi vida.

-Yo te amo.-Confiesa Christopher en un momento, al verla tan sonriente.-En cada universo creo que te amaré, Alyrya Targaryen.

-Podríamos haber sido como Rhaenyra y Harwin ¿no?-Se ríe ella, algo incómoda por la declaración de amor eterno.

-No habría sido digno para usted, mi señora.

-¿Qué habría sido mas digno que tener hijos de un hombre tan honorable como tú, Christopher?-Retruca ella.

Para cortar con la inactividad. El próximo capítulo dará un salto de catorce(14) años.

Adelanto:Alyrya finalmente conquista el castillo para Rhaenyra, pero Aemond y Aegon siguen siendo una piedra en su zapato. Aerys y Leenay son fieles guerreros de Rhaenyra y Alyrya conquistando el trono pero algo sale mal. Menciones de muertes de conocidos. Harwin Strong Vuelve finalmente. Sir Christopher asesina a Criston. El asalto a Dragonstone, muerte de Joffrey. Rhaenyra muere a manos de Aegon y Sunfyre.

La bastarda roja ||Versión Black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora