Segunda temporada||Capítulo 3.-Princesa Mano.-

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Narrador omnisciente.

Cuando Alicent se despertó, Sir Criston ya no permanecía a su lado. Voló en la madrugada como una pequeña paloma, posiblemente detrás de la princesa mano. La reina viuda conocía lo que el sir hacia con Alyrya. Buscarla siempre que tenía oportunidad. Mirarla aunque sea de lejos, ella desconocía que sir Criston la había violado. Desconocía que él acosaba a Alyrya y la amenazaba constantemente. Simplemente pensaba que la bastarda jugaba con él, que era algo recíproco. Vaya Sorpresa para ella cuando llegó al pequeño consejo, encontrándose con todos los miembros fuera.

-Mis lores. ¿Qué sucede?-Inquiere.

-La Lord mano y el rey están en una audiencia privada, mi reina.-Lord Larys fue el único en hablar.

A Alicent casi se le rompen los dientes por el enojo de como los Apretó, cuando quiso entrar, Aemond lo impidió.

-Si quieres ser perdonada, te conviene quedarte a esperar aquí, madre.-Le sugiere con una sonrisa, sosteniendo su brazo.

Sir Criston lo observó.

Pasaron alrededor de veinte minutos en los que de vez en cuando se escuchaban las suaves risas de ambos. Aemond estaba impaciente, sabía que su tía era habladora y también cautivante, pero había cosas importantes que hablar con el rey.

-Pueden pasar.-El grito de Aegon se dejó escuchar.

-¿Ahora la mano tiene sesiones privadas?-Otto Hightower habló apenas entró.

-Las teníamos tú y yo, Abuelo.-Aegon dijo con una sonrisa.-¿Por qué no las tendría con mi tía?

-Debemos hablar.-Aemond empezó.

Alicent mantuvo su mirada en Alyrya quien la ignoraba haciendola rabiar. No sabía que habían hablando y eso empeoraba su paranoia.

-Antes.-Dijo Aegon y se levantó.-Iré a hacer algo rápido.

-¿De qué hablaron?-Alicent preguntó a Alyrya, esta la ignoró.-Alyrya.

-¿Me hablas a mí? Soy la mano. La reina viuda debe hablar propiamente.-La bastarda roja atacó.-¿No es así, mis lores?-Miró a los demás hombre en la mesa que asintieron.-No somos amigas, Alicent. Estuve en esta mesa incluso antes de que te encamaras con mi hermano. Respeta las jerarquías.

Aemond bajó la mirada con una sonrisa que no pudo ocultar.

-¿No es extraño que la mano y el rey estén casi una hora encerrados?

-Tal vez para ti. Mi sobrino pidió mi consejo y como su mano se lo di.-Alyrya dejó de hablar y se levantó con prisa.-¡Hola precioso!-Gritó corriendo hacia Jaehaerys levantandolo en sus brazos para abrazarlo, recibiendo el mismo cariño del niño.-¿Cómo estás esta mañana?

-Muy bien, Tía. Papi vino a buscarme.

-El heredero al trono debe ser educado, bebé.-Besó su mejilla y lo cargó hasta sentarse en su silla.

Aegon volvió a sentarse y miró con una sonrisa a su tía y a su hijo que jugaban.

Los lores la miraron sin creer lo que sucedía.

La bastarda roja ||Versión Black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora