Capítulo 20.-Posibilidades infinitas.-

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Narrador omnisciente.

Alyrya observa el techo de la habitación, con Aemond aún dormido atrapando su cuerpo, le acaricia el sedoso cabello antes de tratar de levantarse.

-Mhmm.-Gruñe el príncipe negandose a liberar su cuerpo.

-Aemond.-Murmura Alyrya dandole una suave caricia.-Debo levantarme, vamos.-

-No-Se queja.-quédate.-Apreta aún más su agarre contra los huesos de su cadera.

-Tengo responsabilidades, soy la mano. Vamos, perezoso.-Lo regaña haciendo que la suelte.

-¿Qué debes hacer ahora?-Inquiere Aemond con la espalda contra la cama, observando a Alyrya moverse mientras busca su vestido, disfruta de verla caminar desnuda, con la luz que entra por la ventana puede disfrutar mejor la vista.

-Hay problemas en el reino y debemos hacer algo, espero que Aegon esté en condiciones.-

-Apuesto a que está ebrio.-Aemond finalmente se levanta para empezar a vestirse no sin antes estirar su cuerpo de manera correcta.

-¿Cómo podría gobernar siendo un ebrio? Lo golpearé si está así. ¿Te espero para desayunar?-Pregunta mientras se peina con los dedos.

-Me gustaría sí.-Le responde el principe poniendose las botas.-¿Hablarás con el septo?-

-¿Eso interesa ahora?-Pregunta Alyrya girandose para verlo.

-Claro, no podremos casarnos.-Repsonde con obviedad.

-¿Quién dijo que ibamos a casarnos? No deseo una nueva unión y creo que lo sabías.-

-Dije que te iba a convencer.-Aemond eleva sus hombros.-Dame una oportunidad.-Se burla con una sonrisa.

-Sabes que no puedes convencerme.-

Alyrya sabe que un matrimonio con un verde la ataría a ellos y no puede permitirse eso.

-Lo veremos.-Aemond le da un beso corto antes de dirigirse a la puerta.-Nos vemos en el consejo, mano.-

-Voy en cinco minutos, reúne a todos, por favor.-

Cuando Aemond cierra la puerta, Alyrya se acaricia el labio dando un suspiro. Esto fue un error. Acababa de darle esperanzas a su sobrino cuando ella no deseaba una nueva unión. ¿Cómo podría? Seguía enamorada de Aelor aunque no lo deseara. Dioses benditos, se dice a sí misma.

Después de ponerse sus insignias de la mano y su tiara finalmente sale de la habitación, Amira la intercepta en el pasillo.

-Mi señora.-La saluda.-¿Desea el desayuno?-

-Luego de la reunión.-Le indica caminando hacia la sala del consejo.

-Princesa Alyrya Targaryen, primera con el nombre, primer miembro de los capas dorada, mano del rey Aegon segundo.-La anuncian, ella agradece y camina.

Al ver a Aegon camina hacia su silla y dándole un beso en la frente se sienta a su lado.

-Buena mañana, mi rey.-Lo saluda, Aegon le responde con una sonrisa.

-¿Qué necesitas, mano?-Le pregunta Aegon, tomando su cabeza. La resaca lo está matando.

Alyrya mira a Alicent que niega levemente, indicandole que está ebrio, Otto sonríe levemente, bajando la cabeza, festejando internamente. Aemond que estaba al lado de Alyrya no emite un sonido ni movimiento, espera ansioso lo que su amante tiene para decir.

-Quería charlar algo de interés. Debemos mejorar el reino, propongo que les demos algo a los aldeanos. Más recursos, mayor seguridad, Otto fue espantoso como mano, subiendo y creando impuestos, el pueblo necesita un respiro, y pienso que...-

La bastarda roja ||Versión Black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora