Capítulo 12.-¿Si supiera lo volvería hacer?-

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Narrador omnisciente.

Después de esa fatídica noche, Alyrya había decidido nunca separarse de Viserys nunca más. El enojo de la reina ante Aemond no podría tomarse a la ligera. Ella podría matarlo en el estado en el que el rey estaba, Viserya y Aelor a regañadientes volvieron a Dragonstone con Rhaenyra y su ahora esposo, Daemon. Por su parte, El príncipe estaba feliz de que Viserya viviera con sus hermanas pero, Ninguno quería abandonar a la princesa pero sabían que estaría bien cuidada con su guardia, los años pasaban y pasaban. La fortaleza roja se volvía territorio Hightower, impregnado con las insignificantes insignias de su casa. Viserya y Aelor visitaban cada tanto a la mujer, pero ella no les permitía quedarse. Temía que de permitirlo, ellos corrieran riesgo. La sucesión de Driftmark era el nuevo tema de conversación en la corte, Alicent ocupaba el cargo de Viserys. para su buena fortuna, Alyrya, seguia en su lugar. A nadie la agradaba lo que estaba pasando en el castillo, cada día más oscuro y triste, por lo que la princesa había creado un consejo secreto en contra de los verdes, Lord Beesbury, Corlys, Harwin, y Sir Christopher eran los únicos que eran parte, charlaban cómo demonios poder retomar el poder que es de los Targaryen. Ahora con la ausencia del segundo era un poco difícil poder hacer las reuiniones.

-El trono de Driftmark pertenece a Lucerys Velaryon.-Habla Alyrya.

-Vaemond Velaryon no opina igual.-Habla Otto con su usual tono tranquilo que enloquecia a la pelirroja.

-Me interesa muy poco. El trono le pertenece a Lucerys, porque Corlys lo ha dejado claro tanto a mí como a mi prima.-

-Los invitados han llegado.-Interrumpe una sirvienta.

Alyrya al oír eso le hace una seña a sir Christopher para abandonar la reunión.

Camina por los oscuros pasillos hacia la habitación de Viserys donde supone que Rhaenyra iría primero.

-Rhaenyra.-Aclama apenas ingresa.

-Tía, dioses.-Suspira al verla.

Cuando ambas mujeres se abrazan, Daemon observa a su hermana. Más pálida que de costumbre, el cabello enrulado y algo desordenado, ojeras prominentes. Algo no estaba bien aquí.

-Hermano.-Suspira al verlo.

-Alyrya.-Saluda con algo de sorpresa.-¿Qué te sucede?-

-Nada que no se solucione.-Murmura.-Tengo un asunto que tratar contigo.-

-Luego de que vea a Viserys.-

-¿Seguro que quieres verlo?-Pregunta bajando la mirada.-No está como lo recuerdan.-

Alyrya mira a los pequeños que la sirvienta acompañante de su sobrina carga. Rhaenyra se los presenta a Viserys. ¿Cuántos Aegon habría en la familia? ¿Por qué ella no podía tener bebés igual?

Borra ese sentimiento de su cabeza rápidamente.

-Luke, Jace y Viserya están en el patio. Ve a verlos.-Le aconseja Rhaenyra.

-¿Aelor?-Pregunta.

Hace meses que no respondía ni siquiera sus cartas. La había abandonado.

-Viene en camino. No vino con nosotros. Llegará más tarde.-Le dice Daemon.

-Viserys, cariño.-Le murmura mientras se acerca, observando la cuenca en su cara.-Vendré para cuidarte en la tarde. ¿Sí?-

-¿Alyrya?-Pregunta.-¿Cuando llegaste? Volviste.-Solloza el rey.

-Nunca me fui.-Le contesta antes de levantarse y abandonar la habitación junto a su guardia.

-¿Qué tiene en la mente, mi señora?-Indaga Christopher mientras camina a la par de ella.

La bastarda roja ||Versión Black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora