Capítulo 29.-El destino puede cambiar.-

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Narrador omnisciente.

Alyrya se retuerce bajo la mano que la masturba sin cesar, ella tapa su mano con su boca para evitar ser oída. Necesitaba descargarse y qué mejor manera que dandose amor propio. Tuerce los dedos de sus pies al sentir que el orgasmo está cerca, a pesar de que su mano se cansa rápido, no pretende parar hasta liberarse. Suspira acelerando sus propios movimientos, acallando los gemidos como puede, todo su cuerpo está debil, el ansiado orgasmo se estaba tardando y eso la desconcertaba. Suplica por él. Hasta que finalmente puede parar sus movimientos y dar un sonoro gemido sin preocuparse por si la escuchan o no.

-¿Te divertiste?-Una voz hace que tape su cuerpo desnudo con rapidez.-No es nada que no haya visto antes.

-¿Conoces la privacidad, Daemon? Por los dioses.-Brama enojada.

-Ay, por favor. Te conozco más desnuda que con ropa. Fue bueno de ver, en verdad.-

-Dioses, Cierra la puerta, en verdad ¿Qué te pasa?-Exclama enojada, ve que Daemon ingresa y cierra la puerta.-Era que cierres contigo fuera.-

-¿En verdad quieres que me vaya?-Le sonríe sugerente.-Podemos divertirnos como antes. No seas amargada.-

-Mi cuerpo no está como lo recuerdas.-Le menciona esperando que salga corriendo.

-¿Las lineas rojas de tu estómago? ¿Crees que eso hará cambiar mi deseo por ti?-Se burla.

-Sigues casado si mal no recuerdo.-

-Quería hacerte una propuesta poco honorable. Un matrimonio al estilo de la antigua Valyria.-

-¿No lo hiciste con Rhaenyra?-Inquiere.

-Sí, pero esta es la parte buena. Pueden ser matrimonio entre varias personas.-Le sonríe mientras se acerca.

Alyrya mantiene la sábana aferrada a su cuerpo.

-¿Y qué dijo Rhaenyra?-

-Teníamos algo con Laena.-Le informa haciendo que Alyrya abra los ojos sorprendida.-Y ella con Laenor y su amante.-

-es en verdad una sorpresa.-La pelirroja sigue sorprendida.-Había rumores pero crei que solo era eso.-

-Rhaenyra será la reina pronto, puede hacer lo que ella quiera. Y... dijo que sí, siempre y cuanto estes de acuerdo.-

-Sigo casada con Aelor y no quiero disolver mi matrimonio.-Expresa ella.-¿Tanto deseas que sea tuya otra vez, Daemon?-se burla.-Eres insaciable, en serio.-

-Aly.-Murmura su nombre.-Pude haberme casado contigo antes y lo arruiné. Podriamos ser una familia. Aegon el conquistador se casó con sus hermanas y nadie dijo nada.-

-Era un hombre.-Le recuerda.-Eran otros tiempos.-

-Tú misma lo dijiste. Ahora tenemos una mujer como gobernante. Ella puede tomar esposos y sus esposos pueden tomar esposas.-Se sienta en la cama, observando cada movimiento que la mujer desnuda hace.

-¿Seré una segunda esposa?-Hace un puchero fingiendo que la idea no le agrada en lo absoluto.-No lo sé, me gusta ser primera en todo.-

-Siempre serás primero para mí, aunque no pueda decirlo. Tú lo sabes.-

-¿Qué hay de Aelor?-Pregunta ella con un poco de culpa de siquiera pensar en esta propuesta.

-Nunca comprendí que le viste. A pesar de haberte casado por conveniencia, vi como se miraban y nunca lo entendí.-

-Él me amó. Confió en mí y yo en él, tal vez demasiado. Pero eso no significa que mi corazón no esté con él, hasta el día en que yo muera mi amor será de él, Daemon.-

La bastarda roja ||Versión Black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora