Capítulo 33.-Sólo tú y yo.-

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Narrador omnisciente.

Alyrya se despide de Rhaenyra mientras camina junto a Daemon a sus dragones.

-Mañana tendremos que actuar. ¿Lo sabes, no?-Pregunta Alyrya mientras llama a Atticus.

-Esperemos que no, no podemos perder la razón como Rhaenyra que ordenó que sean atacados.-

-Mañana se definirá si la guerra sigue o no, y lamento si no te agrada la guerra, crei que hablaba con mi hermano.-

-Me ocupé de la deuda.-Le explica él con media sonrisa.

-Ni siquiera quiero Preguntar.-Se ríe mientras sube a Atticus.-Sólo te advierto, Daemon.-Lo mira seria cuando se sube a Caraxes.-Los niños no. ¿Entiendes? Ni Helaena. Ellos en verdad no tienen culpa.-

-Vis tampoco la tenía.-Le responde.-Ni Luke.-

-Dae.-Pide Alyrya cuando le ordena a Caraxes elevarse.-Idiota.

Ambos vuelan sobre sus respectivos dragones en camino al castillo de Borros, ese hombre tiene una deuda.

Daemon levanta su mano, estirandola hacia Alyrya para que la tome, ella ríe y hace lo mismo. El camino es corto, otra vez una tormenta azotaba el lugar, Alyrya bufa mientras ambos aterrizan.

-Quiero ver a Borros Baratheon. Diganle que la Mano Alyrya Targaryen quiere verlo.-Grita mientras se acerca a los guardias.

-Atento, Atticus.-le pide volviendo hacia él.

-Caraxes, cuida al tonto.-Caraxes hace como una risa mientras posa su ala sobre la cabeza de Atticus, al mismo momento en el que Daemon posa su capa sobre la cabeza de Alyrya.

Entonces, jinete y dragón, golpean sus extremidades, Atticus gruñiendo.

-Saca eso de mi cabeza.-Bramó Alyrya mientras se adelantaba para entrar.

Caraxes y Daemon comparten un pensamiento, el jinete le sonríe. "Ambos son difíciles, pero ya los tenemos". Y como si Caraxes hubiese entendido, le asiente levemente, casi imperceptible.

-Alyrya.-La saluda Borros sentado en su silla.

A ella nunca le agradó, Los Baratheon eran traidores en los que nunca podrías confiar.

-Soy la mano ahora, dirígete a mi con respeto, Lord Borros.-

-Hay muchas manos y reyes últimamente. ¿Cómo reconocerlos?-

-La única reina es quien fue nombrada por tu antiguo rey. No un usurpador, ebrio, y violador como Aegon. ¿En verdad le juraste lealtad porque es hombre?-Se burla Alyrya con una sonrisa.-¿Acaso no fuiste a la reunión que anunció a Rhaenyra como próxima reina? Te recuerdo, arrodillandote frente a Los Targaryen que tanto detestas.-Se burla, Daemon sonríe.

-Las cosas cambiaron. Me ofrecieron una unión y acepté, no puedo voltear mi decisión cuando me plazca.-Alyrya se pasea por el enorme salón mientras posa su mano en su espada.

-Eso no fue problema para faltar a tu palabra con Rhaenyra. La legítima heredera.-

-Siendo completamente sincero, Aemond me asusta. Más que tú, Alyrya. Mano. Lo siento, mano.-Se corrige, sintiendo el sudor bajar por su frente.

-¿Más que yo?-Se burla.-No soy un monstruo, Borros. Soy una madre, a la que se le fue arrebatada una hija en tus dominios.-

-El cielo no es mi dominio.-

-¿ves como sabes de que hablo? Sabías que Aemond haría algo espantoso con mi hija y mi sobrino. Eso es ¿Traición a la corona, Daemon?-Pregunta girandose hacia él.

La bastarda roja ||Versión Black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora