❄️3❄️ TERRIBLE ELECCIÓN

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Año 4
10Ka, 50Ma.
Balgüim.

De las manos femeninas se desprendió un poder ennegrecido y diferente a la luz que irradiaba su propio cuerpo, sucedió lo mismo en el caso de su hermano que había aparecido acostado sobre la superficie rocosa. El halo oscuro se reflejó flotando en el aire hasta que desapareció por completo.

Los primeros instantes Maya se quedó en el suelo, agotada y con un temblor en sus miembros. Le dolía la cabeza en conjunto con la garganta, había gritado demasiado alto.

El universo de Irlendia era tan helado o más de lo que presentaban los libros. Al dejarlos en lo profundo de un barranco, Maya comprendió que la anomalía no los había favorecido. El cielo se veía oscuro y carente de nubes y cada segundo parecía detenerse, como si el tiempo fuera muy denso a propósito para atrapar a sus residentes en un limbo eterno.

Un escalofrío ligado a miedo le recorrió a la española hasta la misma médula espinal .

—Mateo. —Sacudió a su hermano que permanecía tirado a lo largo—. Mateo esto no es nada bueno.

El joven abrió los ojos gradualmente, y se puso de pie. Miró a su alrededor y se dio cuenta que estaban en el fondo de un barranco. Analizó la altura y extendió un brazo en dirección a su hermana.

—Venga, sé qué hacer para sacarnos de aquí —le dijo.

—No tendré resistencia como tú para subir —aclaró ella dándole la mano.

—¿Quién dijo que tendrás que hacer algún esfuerzo? —preguntó él estrechándola contra su pecho—. ¿Me amas?

—Por supuesto que sí, idiota. No me lo preguntes más.

—Entonces confía en mí y abrázame fuerte, porque vamos a subir muy rápido.

A Maya solo le dio tiempo de fruncir el ceño porque en el momento que separó los labios para decir algo ya Mateo había despegado los pies del suelo y estaba impulsándose hacia arriba en una desconocida corriente de aire.

Una vez en la superficie y con un viento diferente y gélido azotándole la cara, Maya miró totalmente perpleja al muchacho que tenía ante sí. Sabía que por parte materna tenía dominio sobre el elemento aire pero lo que acababa de suceder era algo que ni siquiera los Kane habían hecho en el Campo de entrenamiento de la Academia.

—Cómo... —Lo señaló con el índice.

—¿Cómo lo he hecho? —sugirió él con suficiencia y Maya asintió con la cabeza—. Hay cosas sobre mí que no sabes hermanita. Padre no me dejaba demostrar todo lo que un descendiente de oscuro podía hacer. —Dibujó con la boca otra de sus sonrisas ladinas.

—¿Habías realizado algo así antes?

—Ahora que lo planteas, no, nunca había subido a tanta altura. Puedo decir que en este caso, ha sido un verdadero salto de fe. Es como si... como si este mundo potenciara mis habilidades.

—Tengo mucho frío, quiero salir de aquí —prácticamente rogó la chica mirando a todos lados y abrazándose a sí misma.

Todavía tenía el conjunto de patinaje puesto: en los costados del cuerpo retazos color celeste se entrelazaban arriba de su cintura para luego caer en una mini falda que asemejaba alas de cisne. A pesar de tener un abrigo sobre el conjunto, contra el frío de Balgüim no era suficiente. Maya nunca había sentido tanto frío. Una espesa capa de nieve cubría el terreno y la oscuridad era muy densa, definiéndose únicamente una luna pequeña que desprendía luz plateada peculiar.

LEGENDARIOS3️⃣ENTRE LAS GARRAS DE UNA BESTIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora