❄️17❄️ UN PASEO NOCTURNO

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Año 13
10Ka, 50Ma.
Balgüim.

La región de Bajo Balgüim era aterradoramente bella. Envuelta en un manto interminable de nieve y oscuridad, ríos congelados serpenteando altísimas montañas cenizas por el clima y estrellas muy escasas que perforaban la negrura del cielo. A medida que el carruaje avanzó, Maya fue apreciando lodazales que resultarían imposibles de mantenerse sino fuera por el fantástico punto que estaban en Irlendia, donde todo era posible. También vio jardines naturales con plantas exóticas, zonas con árboles extraños y torcidos, y caminos que por las huellas recientes eran constantemente transitados.

Como Jasper conocía su región y quería evitarse las preguntas de Maya, le pidió a Lofer que se desviara a la aldea más cercana para que la española tuviese oportunidad de calentar los pies y entretenerse un rato. Cuál fue el disgusto del príncipe cuando esta lo arrastró fuera del carruaje para que la acompañara a ver los alrededores. Pero otra vez, como quería evitarse lo que de seguro sería una cansina discusión con Maya, la acompañó en silencio.

Reconocía aquella aldea, la llamaban Roadirân y era una de las tantas pobres de la región. Las casas se erigían con piedras resistentes al gélido viento y los tejados siempre recogían la espesa nieve, pues solía haber nevadas habituales. Lofer se había detenido donde parqueaban los demás carruajes, aunque ninguno era tan ilustre como el de la realeza. Esa calle era la única decente de Roadirân por el mercadillo que ofrecía variedades de comidas y objetos curiosos a sus clientes. Los destellos de luz de lámparas de aceite constituían la única iluminación del área, pues nadie contaba con el preciado fuego azul. Aunque los oscuros de la aldea eran pobres, el mercado estaba cerca del camino principal que conectaba con otros caminos, así que era común que  estuviese llena de viajeros que constituían la poca entrada económica de la aldea.

Sin embargo cada uno de ellos conocía al Príncipe de las Tinieblas, y ya se había esparcido algunos rumores sobre su... actual condición. El mercado se volvió más silencioso y pausado a medida que los que estaban más cerca comenzaron a distinguir a su Alteza. ¿Qué estaría haciendo allí? No lo sabían, y tampoco querían averiguarlo. Mientras Maya paseaba con Jasper cotilleando por los puestos de comida, los seres a su alrededor evitaban mirarlos. No es que las enormes y negras alas del príncipe no llamaran la atención, era que nadie quería incomodarlo por accidente. Todos tenían muy presente las atrocidades que podía cometer Dlor, y ellos no querían ser víctimas por mirar demasiado a su hijo.

Jasper se percató que a medida que avanzaban, los Oscuros les iban dando espacio de forma precipitada, más que abrirles el paso, huían de ellos. Los dueños de los puestos se quedaban paralizados, como si la frialdad de la región hubiese conseguido romper las leyes de la genética del clan y dejarlos tiesos. Algunos incluso cerraban las ventanillas de sus tiendas para no tener contacto con el exterior. Así que el príncipe, incómodo por el hecho, se abrochó más la capa, suspiró irritado y evitó mover demasiado cualquier parte de su anatomía.

No soportaba ser el centro de la atención. Hasta los años que cursó en Howlland Academy se las arregló para quedarse al margen de la tan molesta publicidad, entrevistas grupales con su linaje, reality shows y cosas parecidas. No le gustaba sobresaltar, no le gustaban las multitudes, no le gustaba manejar vehículos terrestres; prefería viajar entre sombras, fundirse con ellas y jamás exponerse al sol. Por lo que soportar que aquellos aldeanos corrieran de él y fingieran tan mal que no tenía nada que ver con su grotesca apariencia emplumada, ponía a Jasper de un estado más irritable que el que ya había acumulado al salir de paseo con la española.

Maya por el contrario avanzaba de puesto en puesto dando saltitos de alegría. Llegó a uno donde ofertaban una fruta rarísima que no había visto ni siquiera en la cocina del castillo. Era morada y verde, con textura arrugada y tenía forma ovalada.

LEGENDARIOS3️⃣ENTRE LAS GARRAS DE UNA BESTIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora