La venganza como justicia [COMPLETO]©

꧁𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 №１４꧂.

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Tal vez, no enamorado de los que le aparecen corazones en los ojos, pero si de los que harían todo por tí.
(La venganza como justicia.)
Euslyn
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Emilia Styles.

—Oh, muchas gracias, Ryan —agradece Jessica a Ryan por el pase al bufete.

Oh sí, ni en el trabajo estaré libre de las garras de mi amiga.

—Bueno, chicas nos vemos más tarde — me observaba y se aleja entrando al ascensor.

—Uh... ¡Al rubio le gustas!

—Contigo no se puede estar libre de bromas de ese estilo, ¿Cierto? —suspiró.

—Es el precio de tener a una gran amiga cómo yo.

—Si claro.

Subimos al piso de mi oficina y entramos, Jessica se mantiene en su celular jugando mientras yo me ocupo de mi trabajó.

—Pensé que sería más divertido.

—Uh, no sabía que las palabras "Bufete de abogados" sonaba divertido —ironizó mirando la computadora.

—¿Cuánto tiempo falta?

—Cinco horas, pero veinte minutos para la hora libre del almuerzo.

—Ya no sé, ni qué hacer en mí celular —resopla—. Jamás pensé que diría eso. —Se admira a ella misma—. Oh, te tengo una pregunta —comenta cuando su celular vuelve a sonar en una notificación.

—Ya te explique todo sobre Ryan y el también lo hizo —hice una mueca a la pantalla de mi computadora recordando ese momento.

—No, no, no tiene que ver con eso.

—¿Entonces? —despejó un segundo la mirada del computador para observarla.

—A ver, mi primo quiere saber cómo puede dejarle una cuanta con dinero a una chica pero que los fines del dinero de la cuenta sea solo para la salud de la chica —miró al suelo un momento—... Pero la chica no puede dirigir el dinero.

—¿Como un seguro de vida?

—Si.. pero quiere que solo sea para esa chica.

—¿De quien hablas?

—Erick.

—Ah, tu primo que está en Venezuela ¿No?

—Si... ¿No tiene problemas verdad?

—No, claro que no, solo le recomiendo que busque un centro de salud de confianza para que realice un contrato con ellos y dejársela a cargó, y por supuesto acatando las leyes del país.

—Noo...comprendo... —respondió con la cabeza baja.

—Puedes darle mi número y yo misma hablaré con el.

—¿Encerio? —levantó el mentón iluminadon su mirada.

—Claro —respondí con una sonrisa—. Ya quita esa cara que no debe ser tan grave —animé, pero me detuve cuando mire su intención de levantarse—. Jessica, ¿A donde vas?

—No tardó.

—¡No!, Jessica, no puedes estar por el bufete como...

Cierra la puerta antes de que pueda detenerla. Resopló volviéndo a sentarme en la silla.

Pero al cabo de unos pocos segundos escuchó el timbre de la puerta y luego el teléfono para pedir el permiso de la entrada.

Aceptó sin preguntar quién es, supuse de inmediato que sería Jessica. Pero al levantar la mirada pensando que me encontraría con ella, me encontré con la fría mirada de Maik.