꧁𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 №23꧂

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Emilia Styles.

El rostro del hombre delante de mí, indefenso, adolorido, herido, sin poder mover alguno de sus músculos sin sentir ese dolor punzante que hacía que su rostro demostrará sus sensaciones físicas y sentimentales. El tenía miedo, lo sabía, lo demostraba, y de muchas maneras eso me hacía sentir como el mejor momento de mi vida muerta.

Para mí, mí vida desde que el la destruyó está muerta, pero este momento me hace sentir como jamás, eso que quería experimentar por años, no asesinar. Eso lo experimenté mucho tiempo atrás, si no, experimentar las sensaciones que deseaba, hasnelaba desde los diez. Tenerlo ahora aquí, suplicando me hace sentir la dueña de su vida, la pesadilla de la bestia, la que lo arrojará a donde pertenece.

—Ya... Por favor —ruega con lágrimas.

El fuego tomó más intensidad y ya consumía todo el escritorio como si fuera una fogata enorme.

—El infierno es de fuego porqué las bestias son frías...—alzó mí mano al fuego sintiendo su calor ardiente—. Veamos si que tan frío eres.

Mis pies van hacía el, rodeando en fuego que casi llega al techo. Con mí mano tomó el cuello de la camisa de Brayan y con fuerza lo levantó, se resiste, pero su debilidad en este momento lo hace todo un inútil.

Con mis manos lo empujó al infierno.

Al fuego, el que lo recibe como su hogar, abrazando en sus llamas.

Un desgarrador grito desde su garganta llena la oficina, y es como una nota placentera para mis oídos.

Sus brazos luchan para poder levantar su cuerpo pero su pierna herida no lo permite, y el ardiente fuego lo golpea a látigos por su cuerpo. Sus movimientos frenéticos luchan por su vida pero no he terminado.

Mí mano pasa como una caricia por mí pierna tomando el cuchillo escondido en ella.

Doy un pasó, luego otro, y el último. Ya estoy exactamente en el lugar que necesito estar para volver a chavar el cuchillo, pero ahora sin remordimientos, sin piedad, sin miedo. Solo con fuerza y precisión.

El calor del fuego me cubre dándome una invitación podría jugar y divertirme con el, pero no dejaré que me consuma en este momento, no es mi momento.

El cuchillo en mi mano se vuelve una arma letal. La fuerza fue de mis venas a mis músculos hasta entrar en la piel del hombre que agonizaba por múltiples y distintos dolores... Lo apuñale en el mismo lugar, de hace doce años.

Su cuerpo impacto con la fuerte madera del escritorio, por unos segundos no se escuchó más que el fuego consumiendo a Brayan, hasta que la sangre comenzó a salir se su boca a ladridos y tos que debilitaba su vida aún más.

Mí mano fue al cuchillo caliente, y unas llamas recibieron con latigazos mí mano, no la detuve, jalé el cuchillo de su piel. Guardé el cuchillo nuevamente. Tomó con mis dos manos el pié izquierdo de Brayan sacándolo del fuego y dejándolo caer al suelo, pero las llamas no lo abandonan permaneciendo en su ropa haciendo más tortuosa su muerte.

La única mano sin heridas de Brayan, se esfuerza todo lo posible para apagar con dificultad el fuego que no duda en consumirse su ropa.

El fuego trata de consumirse el escritorio pero necesita un poco de ayuda así que me acerco al escritorio y con fuerza lo arrojó al suelo. Y con una ferocidad admirable el fuego consume la alfombra como lava.

Los colores del fuego llegan aún más lejos, queriendo llegar a toda la oficina. Mis pasos van a la puerta de la oficina y pierdo mí mirada en la forma en que el infierno rodea al cuerpo de Brayan que sus latidos cuelgan de un delicado hiló. Su mirada va a mí y... Esa mirada es más temerosa, angustiada, suplicante, de lo que esperaba.

La venganza como justicia [COMPLETO]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora