꧁𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 №28꧂

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Ryan Collins.

El mismo día del incendio.

Con los ojos cerrados me mantuve disfrutando de mí respiración profunda, la tranquilidad que me daba y descanso, pero se detuvo por unos segundos al recordar que ya no la tenía en mi pecho, mis ojos se abrieron buscando esa lacia melena rubia, no está. Me corpore en mi cama y no apareció en ningún lado de mí habitación. Me levanté de la cama para salir de mi habitación.

—Emilia —nombre, pero sin respuesta alguna.

Volví a llamar cuando entre a la cocina, pero no estaba ella. Seguí la búsqueda por mí departamento, más cada vez se acababan los lugares en los que podía estar y no la encontraba.

Llame a su nombre estando en la sala, pero no la encontré. Me acerqué a mí vitrinas y tomé la botella ya por la mitad que había estado bebiendo toda la noche.

Ya comenzaba a sentir el alcohol por mis venas comenzando a crear su efecto humillante en mí, poco me importaba por qué solo habitaba a beber hasta este punto estando solo, en mí departamento sin llegar a emborracharme realmente.

Detuve mí sorbo cuando recordé el único lugar en donde no la busque.

En pasos lentos fui hacía mí oficina, gire la manilla y entre dándome cuenta que no estaba tampoco aquí. Pero, no me giré de nuevo para salir de mí oficina, algo me detuvo. Estaba desordenada, los papeles estaban desorganizados y unos cuantos libros igual que los papeles. Me acerqué a ellos y comprobé que unos incluso estaban en el suelo. Mis ojos se mantuvieron en el desastre determinado por la situación.

Toque el monitor.

Una notificación apareció en la pantalla.

[Archivos enviados.]

Entrecerre mis ojos a la pantalla.

Mí mano continua en el monitor y mis ojos observan la página de mí correo.

Releo unas cuantas veces el correo a donde fueron enviados. No lo conozco.

[AI.FBI#23
Hace cuatro horas]

Deslizó la página observo los archivos, unos que ni mí padre sabía que tenía, los documentos demostraban la compra de mi tío al territorio el cual con una rapidez sospechosa se construyó el bufete. Todo con el dinero sucio de mí tío.

Miró el reloj  y las tres de la madrugada se marcan. Corro a mí habitación y tomé mi celular.

Los negocios de mí padre, específicamente los que tiene con Neynor y su banda aparecieron en la pantalla de mí celular.

Todos...

Y todo como si yo los hubiera enviado.

Bajo por todo lo demás y no encuentro más que crímenes y más crímenes de mí padre, los cuales ocultaba a mi tío por ser su banda enemiga. Todo por la ambición poderosa de mí padre.

El rostro de mí padre de hace unos meses aparece en mí mente recordando esa plática.

¿Por qué no confías en ella? —digo.

La venganza como justicia [COMPLETO]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora