꧁𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 №24꧂

82 11 0
                                    

●▬▬▬๑𓍝๑▬▬▬●

Emilia Styles.

Las feroces llamas iluminaban toda la sala, embelleciendo con las tonalidades que encendían a cada centímetro que consumía. La rapidez bestial con la que este fuego consumía me llegaba a emocionarme con extremidad. Fascinada, mis ojos admiraban el lugar, como si el fuego llegara al techo. Hasta llegar a las camionetas consumiendo a cada una de ellas. Tampoco tenía piedad con los hombres, los acorralaba en su calor infernal para consumirlos hurtando sus gritos de dolor.

—¡Código Rojo! —grito Maik—. ¡Desalojen!

Desperté del trance que me creaba observar el fuego, mí mirada viajó a la de Maik observando la mirada de terror en sus ojos.

No es para mí, no me tenía miedo, no...

Y los disparos de nuevo se escucharon inundando el lugar, las alarmas se encendieron, otras luces rojas llenaron el lugar, no eran las del fuego, también iluminaban de azules, como un patrón. Mis oídos se llenaron del sonido característico de la sirenas.

Tomé el arma que colgaba en mi cuerpo girando a mi espalda, los cuerpos caían.

Había algo detrás de mí.

Mis ojos captaron lo que Maik miraba con terror, más de ellos. Más de los encapuchados. Comencé a disparar dirigiendo aquellas balas a los hombres que entraban al gigantesco salón.

Un agarré tomó con fuerza mí brazo haciendo que bajara el arma y dejará de presionar el gatillo.

—Cúbrete demente. —Me llevo detrás de ella y me cubrió con su escudo, supe que es una chica por su voz femenina.

—Bien, pero no podemos ocupar dos.

Tomó el escudo quitandoselo de las manos y la empujó a un lado dejándola sin protección.

Las balas comenzaron a chocar al escudo y otras llegaban a clavarse en la armadura, ya estaba deteriorada. La chica en el suelo, luchó por arrodillarse pero unas balas impactaron en su pierna.

Retrocedí, estaba muy cerca de ellos. Las balas chocaban con más potencia.

—Hazme caso, por favor... —El susurro de Maik retumbó en mí cabeza.

«Corre».

Esos ojos idénticos a los míos aparecieron en mí vista. La tristeza, el miedo reflejado en cada uno de ellos, sus iris oscuros vibran con cada latido de su corazón, pupilas dilatadas por el miedo. Dolía esa mirada, ardía en el pecho. Quemaba más que el fuego que me rodeaba, el recuerdo. Los ojos de Evan suplicantes.

¿Por qué me seguía atormentando?

«¿Por qué no te fuiste?».

Ya no está vivo, lo asesine. Ya no más.

«Eva...»

Por favor, Ya no me tortures.

—¡Hey!

Mis ojos enfocaron la realidad, olvidando a esos ojos que aprecian en mí vista como si volviera a ver–... Sobrevivir esa noche.

Me seguían mirando, más no los mismos si no los de Maik, pero el miedo profundo en sus ojos era el mismo.

La venganza como justicia [COMPLETO]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora