Capítulo III. Crepas

1K 54 11
                                    

Me tomó del brazo y lo apretó un poco mientras me miraba fijamente, acaso el..¿no deseaba verme partir?, trague saliva ansiosa y agaché la mirada mientras me encogía de hombros.

—Pero tengo más clases- Sabia que en el fondo deseaba y moría por quedarme más tiempo, aunque por fuera solo quisiera huir de ese sentimiento.

—Quédate más ,quédate todo el tiempo, toda la vida si quieres...- suspiró un poco y quitó su agarre de mi brazo—O hasta que llegue tu hora de salida.

Sentí una presión en las mejillas

—Jajaja, te has puesto roja- me sonrió tiernamente.

—¿¡Q..Que?!..-Me lleve una de mis manos a mi rostro como si fuera suficiente para cubrirme.

—No necesitas hacer eso Señorita-tomó mi mano y la apartó dejando un beso en mis dedos.

Sentía que mi corazón se derretiría en ese momento, me miraba con tanto cariño y estaba siendo tan dulce que podría olvidar todo aquello que no fuera parte de esto.

Pero ese momento fue cortado de golpe cuando alguien comenzó a tocar la puerta mientras intentaba abrir y mencionaba el nombre de Cauich.

—¡Maestro Arturo!- Era la voz del maestro de Química, Rusell.

Cauich y yo nos miramos fijamente pensando en lo peor, ya que no era normal estar en una oficina con un alumna bajo seguro en la puerta.

Su mirada fue directo debajo del escritorio y logré leer sus labios mencionando la palabra "Por favor", logre captar su indirecta y ni corta ni perezosa me escondí debajo de su escritorio.

Cauich se llevó una de sus manos directo a su cabello para acomodarlo hacia atrás mientras caminaba hacia esa puerta y abrirla.

—¿Maestro Rusell?, vaya sorpresa, ¿Que lo trae por aquí?- parecía muy seguro de sí mismo.

—Disculpe que venga a molestarlo, su prometida...¡quiero decir!, la maestra Verónica, está buscándolo, me parece que tiene algo importante que decirle.

—No te preocupes, gracias por avisarme-soltó una risa burlona dejándolo pasar —Casi me quedo dormido

—¿Las cosas aún no mejoran con ella cierto?-El maestro de Química miro a Cauich un poco preocupado, el solo se quedó callado y Rusell se percató de inmediato por eso—¡Pues claro que no! Si esa mujer sigue diciendo que la lastimas podrías perder el trabajo.

Cauich desvió la mirada y suspiró.

—¿Y tú crees que alguien podría creerle?

—No, pero si las cosas siguen así podría ser un tema que afecte a las chicas de esta institución y sus padres sólo buscarán protegerlas.

—No buscó hacerle daño a nadie- dijo Cauich un poco molesto, su tono de voz parecía cambiar a uno más serio.

—Lo se Cauich, no pienso que quieras hacerle daño o tan siquiera lo que diga Verónica sea verdad.

—Gracias Rusell, te agradezco mucho haberme comentado lo de Verónica y pensaré bien como llevar esa situación.

Rusell pareció entender a los pocos segundos y asintió con la cabeza, se dio la vuelta y caminó nuevamente hacia la puerta para salir de ella, cerrándola tras de sí.

Me quede en silencio hasta estar segura de que el maestro de Química ya no estaba para salir de mi escondite y mirar a Cauich un poco preocupada, sabía que tenía problemas con Veronica y aunque estos fueran serios no quería ser yo el tema de su separación, no deseaba escuchar el "terminaron por aquella chica".

Hemmelig love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora