CAPITULO 19. POV Rámses. CON ELLA TENGO QUE USAR TODO MI ARSENAL (primera parte)

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Nunca me ha gustado que me manden, ni que me ordenen, pero Amelia mandona me gusta.

Que me mande a hacerle lo que ella quiera.

Puedo ser su sumiso si quiere.

—...Rámses: esquematizar y contenido...—dijo Amelia. La seguridad que desbordaba me parecía atractiva.

Se levantó de la mesa del comedor y la vi sentarse en la computadora.

—¿Qué me tocó?—le pregunté a Pacita sentada a mi lado y ella escondió una sonrisa ante de repetirme. Por alguna razón con ella no me dio vergüenza mi despiste.

—Amelia es muy estricta cuando se trata de estudiar y odia retrasarse—me explicó y agradecí la información adicional que me estaba dando.

—No deben retrasarse muy seguido entonces—respondí tratando de que siguiese hablando

—Es la primera vez que nos retrasamos en algun trabajo. Ella ha estado últimamente despistada

—¿Sabes por qué?

—Se por quién...

Pacita me dio una sonrisa y una mirada cómplice que hizo que en mis labios bailara una pequeña sonrisa de satisfacción.

—Si bueno, para ella soy solo un buen amigo—quería saber si con su mejor amiga se refería de otra forma

—Si, también me ha dicho eso. Rámses, Amelia es una chica muy inteligente, pero cuando se trata de los chicos, es bastante reservada y muy ciega. No logra ver lo que tiene enfrente y no entiende insinuaciones por más obvias que fuesen.

De eso ya me había dado cuenta, y el mismo Gabriel me lo había dicho, pero una parte de mi creía que quizás yo no le gustaba lo suficiente.

—Ella me gusta—las palabras salieron antes de que pudiese frenar a mi boca de pronunciarlas.

—Entonces así de claro deberías decírselo.

Ella retomó la lectura para cumplir con su parte de asignación y yo volteé a mirar a Amelia, tendría que decírselo y esperar no asustarala en el proceso. Pero entonces vi a Gabriel muy cerca de ella, tanto que invadía su espacio personal, y por ende el mío.

Me levanté de la mesa tratando de disimular, lo menos que quería es que Pacita viese aquella escena.

—Escribes bastante rápido—le dijo mi hermano, ese que al parecer tenía ganas de enviarme a prisión por fratricidio.

—Yo soy más rápido—gruñí y Gabriel se levantó con rapidez y la misma sonrisa de suficiencia que tuvo en la casa.



—¿Qué mierda te está pasando?—le pregunté a Gabriel en cuando regresó de hablar con Marypaz

—No sé de qué hablas.

—Sabes muy bien de qué y quién hablo Gabriel.

El torció el gesto cansado, como si mi reclamo le aburriese: —Le pedí a Pacita que fuese mi novia

Me sorprendió su respuesta, por supuesto no era la que buscaba, tampoco esperaba que ocurriese hoy.

—¿Dejarás entonces de molestarme con Amelia?

—¿Y quien dijo que busco molestarte a ti? Amelia está muy ric-

No terminó lo frase porque me levanté tomándolo por la camisa y lo arrastré a través de la sala hasta que llegué a la cocina. Gabriel sonreía satisfecho. Si no lo conociese mejor pensaría que tenía un serio problema de doble personalidad. Pero no lo tenía, solo era un idiota que descubrió como sacarme de mis casillas.

—Si tu es déjà le petit ami de Pacita, pourquoi es-tu encore gonfler mes balles avec Amelia? - Si ya eres novio de Pacita ¿Por qué coño sigues hinchándome las pelotas con Amelia?

—Eu lhe disse, se você não se apressar, outra pessoa o fará. Não é muito difícil fazê-lo, apenas diga a ela que você gosta dela, que você morre por beijá-la e fodê-la e bam! É sua namorada - Ya te lo dije, si tú no te apuras alguien más lo hará. No es muy difícil de hacerlo, solo le dices que te gusta, que te mueres por besarla y follartela y ¡bam! Es tu novia.

—Est-ce ce que vous avez dit à Marypaz? - ¿Es lo que le dijiste a Marypaz?—la ira que estaba sintiendo en estos momentos por él y hacia él amenazaba con desbordarse.

—Claro que não, não é isso que estou procurando por ela - Por supuesto que no, eso no es lo que busco de ella.

—Je ne le cherche pas non plus avec Amelia - Yo tampoco busco eso con Amelia.

—¡Oh!, Por favor, não tente me enganar. É o que você estava procurando com Andrea, eu só lhe dou uma colher de seu próprio remédio - ¡Ay por favor!, no trates de engañarme. Es lo que buscabas con Andrea, solo te doy una cucharada de tu propia medicina

—Mais est-ce que vous n'avez jamais l'intention de le surmonter? - ¿Pero es que acaso no lo piensas superar nunca?—gruñí exasperado, ésta conversación era un eterno deja vú

—Não estou fazendo nada - No estoy haciendo nada—y ahora el fingía inocencia

—Je ne veux plus de jeux Gabriel - No quiero más juegos Gabriel—le advertí mientras lo apuntaba con mi indice—.

—Medo de perder? Você terá que jogar se não quiser perder. - ¿Miedo de perder?. Tendrás que jugar si no quieres perder.

Me negaba a entrar a su juego, si fuese otra chica lo dejase, siempre caía por su propio peso y él terminaba siempre por aburrirse cuando yo no caía en sus provocaciones, pero con Amelia no dejaría que jugase.

—Elle est hors limites - Está fuera de los límites—y la sorpresa se hizo patente en su rostro cuando lo dije—. Je ne suivrai pas votre jeu, je vous l'ai déjà dit - No seguiré tu juego, ya te lo dije.

—Você nunca me colocou limites antes - Nunca me pusiste límites antes—su ceño estaba fruncido, ladeo su cara como si buscase algún rastro de que mintiese, pero mi mirada no titubeó.

—Éloignez-vous ou vous finirez par perdre - Mantente alejado o serás quien termine perdiendo

—Você realmente sente algo por ela ... - De verdad sientes algo por ella...—estaba genuinamente sorprendido, como si las veces anteriores que lo comenté no las hubiese tomado en serio—.

—Já lhe disse que senti Tu. Do por ela. Ya te dije que por ella siento To. Do.—recalqué en su idioma para que le quedase muy claro.

No Juzgues La Portada. Ahora contada por ellos 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora