—No podemos decirle a nadie. Ni siquiera a tu hermano, porque él le dirá a Amelia—me susurró Marypaz.
—Podemos decirle, estoy seguro de que se alegrarán de que hayamos vuelto.
Su cara se contrajo y entendí inmediatamente el error.
—No hemos vuelto Gabriel. Eso fue solo... sexo.
Intenté componer mi semblante, pero después de semejante golpe lo veía difícil. No le respondí nada, solo me levanté para despertar a Rámses y a Amelia que se habían quedado dormidos. Con gran molestia me bajé del autobús tratando de poner espacio entre Marypaz y yo. Por eso no quería decirle a nadie, no quería que se enteraran que estábamos teniendo sexo, solo sexo... sus palabras me sabían amargas y me molestaban en exceso. En realidad ni siquiera esperaba que después de eso volviésemos, lo dije solo para medir su reacción y tantear el terreno, pero el que ella fuese tan tajante al respecto me dolió, pero sobre todo porque sentía que me mentía. Sé que tiene sentimientos por mí, toda esa mentira para alejarme de Roxana estaba motivado por sus sentimientos y yo haré que tenga que confrontarlos.
—Me llamo Amelia y ellos son Marypaz, Desireé, Rafael, Gustavo y Gabriel. Chicos, ella es...
—Mikaela—respondió la chica de hermoso rostro, un cabello negro largo y ojos azules bastante impresionantes— soy del instituto de los anormales de la otra esquina.
Me giré a mirar a donde señalaba y vi al grupo que desde hace rato me traía bastante molesto.
—Bueno Mikaela, aquí tampoco es que somos muy normales—le ofrecí mi silla y busqué en la mesa de al lado otra.
—Pero si muy atractivos, ¿no?—la atrevida me sonrió y extendió su mano para que se la estrechase.
Le correspondí su sonrisa, era un poco rellena por lo que pensé que sería algo tímida. Me alegra que me haya equivocado, Mikaela no parece tener ni un pelo de temerosa.
— Gabriel O'Pherer.
Rámses regresó a la mesa y se robó la atención de la recién llegada quien no dudó en acotar lo atractivo que le pareció el francés.
—¿Hermanos? acapararon los genes sexys en su familia, ¿no?—respondió Mikaela.
Me gustaba su sinceridad tan desbordante. Miré por la mesa y Marypaz me lanzaba miradas asesinas. Sí me concentraba podría ver los celos corroer su interior.
Mikaela me guiñó el ojo con total descaro cosa que me agradó y para la molestia de Marypaz se lo correspondí con mi mejor sonrisa.
—Ela é legal, eu gosto- Ella es agradable, me gusta—y Marypaz mordió con tanta fuerza su comida, que escuché el ruido de sus dientes chocar con el tenedor.
—Y Mika... háblame más de ti—sentí la mirada de Marypaz a través de la mesa pero ni si quiera volteé a mirarla.
—Bueno, tengo un hermano, Alejandro, es todo un sabelotodo que está en la universidad. Un nerd en toda regla, ya sabes presidente del club de ajedrez, matemática y no sé cuantos más. La ropa, lo friki, el paquete completo. Va a Northeastern, y yo iré allí el próximo año.
—Que bien, yo planeo ir a Harvard, estaremos cerca.
Con deliberada consciencia me acerqué un poco a Mikaela y entonces Marypaz bufó y soltó con demasiada fuerza sus cubiertos sobre la mesa.
—Perdí el apetito—se justificó cuando todos miraron, yo ni así me volteé.
Pero la cena no fue eterna a pesar de que estaba disfrutando genuinamente la conversación con Mikaela. Su grupo fue llamado para retirarse y ella tuvo que despedirse.
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No Juzgues La Portada. Ahora contada por ellos 1
Fiksi RemajaRámses y Gabriel O'Pherer llegan a una nueva ciudad a cursar el ultimo año del instituto. Para nivelarlo en sus estudios le asignan a dos tutoras: Amelia y Marypaz. Rámses es un francés petulante, está molesto con la vida por quitarle a su mamá, tie...