Mis labios pican de tantas ganas que tengo de besarla, pero me contengo de hacerlo, porque necesito que entienda de lo que estamos hablando y parece que lo está haciendo. No quiero que crea que es cosa de una noche, una atracción fugaz, necesito que comprenda que nunca estuve en la friendzone, que desde un principio he querido todo.
La pequeña sonrisa que vi hace pocos segundos se comienza a ampliar y sus mejillas se tiñen de rosa, sus ojos brillan y su respiración se acelera.
Vi el momento exacto cuando por fin entendió mis palabras, cuando comprendió que nunca fui su amigo, que siempre quise algo más. Y sonrió y fue imposible que yo no lo hiciera también.
Puedo jurar que si estuviese en una película barata, escuchase cantos angelicales exclamando "aleluya" al cielo.
Pero entonces llegó la policía y tuve que concentrarme en avisarle a Gabriel para que sacara su culo de allí lo más pronto que pudiese. No estábamos castigados y eramos libres de salir a cualquier lado que quisiéramos, siempre y cuando respetaramos la única regla que mi papá nos impuso: "no meternos en problemas". Y el que Gabriel sea arrestado en un sitio nocturno por ser menor de edad, encajaba a la perfección en la definición de problemas de papá. Cuando por fin salieron de allí lo mejor era marcharnos.
Amelia tenía hambre, mucha, a pesar de que dijese que solo un poco, así que terminamos en un lugar de comida rápida donde vi con gran horror y preocupación medica la gran cantidad de mostaza que colocó en su comida. Ella la disfrutaba y cómo estaba tan jodido con ella, si eso la hacía feliz, yo también lo era; pero lo fui más cuando le cayó la boca al metiche de Gabriel, cuando se le ocurrió decir que no debería hacerse un tatuaje. Ellos discutían sobre eso, y yo solo pensaba en que lugar se le vería más sexy el tatuaje a Amelia. No fue si no hasta que le hizo una mueca infantil que sacó a Gabriel de sus casillas que regresé al tema que conversábamos y terminé carcajeándome a costillas de mi hermano.
A él le gustaba molestar a las personas, sobre todo a Amelia, y ella no se le quedaba callada, por el contrario lograba callarle la boca de tal manera, que resultaba sexy sus comentarios mordaces, su sarcasmo y hasta sus ironías.
Pero cuando quedamos una vez más solos, retomé la conversación que quedó en el aire. Amelia no podría escaparse de esta.
—Entonces... ¿estoy haciendo algo mal?—le insistí.
—No estás haciendo nada mal—y mi corazón palpitó con fuerza, a punto de salir corriendo de mi pecho y unirse al de ella—pero...
¡¿Pero?!
—¿Hay alguien más?—contuve la respiración, no sabía lo que estaba por venírseme encima.
—Es Daniel, está en el pasado—se apresuró a explicar y lo agradecí, porque sabía que si él era mi competencia, ya me podía coronar ganador—, pero me dejó rota.
Sus ojos se cristalizaron y escondió su mirada de la mía para que no la viese en un momento tan vulnerable.
—¿Y tú lo quieres dejar en el pasado?—le susurré, era un tema delicado y no quería que Marypaz y Gabriel escucharan
—Si. Lo quiero fuera de mi vida—y la seguridad con la que lo dijo reactivó los latidos de mi corazón.
Odiaba a ese tipo, por hacerla creer que había algo mal con ella. Era una chica preciosa, dulce, amable, divertida y creía que estaba rota, inservible a tal punto que mereciese una advertencia a quien pretendiese algo con ella. Con razón no entiende indirectas, y es porque no se puede creer que alguien pueda fijarse en ella, gustarle, atraerle, porque se cree rota. Odio esa palabra y todos los sinónimos que ella puede acarrear. Amelia no está rota, ni dañada, ni defectuosa, ella es perfecta y merece a alguien que se lo haga saber todos y cada uno de los días, que viva solo para eso. Y yo seré esa persona, seré quien le demuestre que es perfecta, que es merecedora de ser amada con locura. Ella no está rota, pero si lo estuviese yo la repararía.
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No Juzgues La Portada. Ahora contada por ellos 1
Teen FictionRámses y Gabriel O'Pherer llegan a una nueva ciudad a cursar el ultimo año del instituto. Para nivelarlo en sus estudios le asignan a dos tutoras: Amelia y Marypaz. Rámses es un francés petulante, está molesto con la vida por quitarle a su mamá, tie...