Capítulo 7

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El Teniente Ghost y yo nos miramos en silencio. Sus ojos no me expresan nada, se ven caídos y cansados, son los de un soldado que ha pasado por demasiado en su vida. Analizo su máscara y por un momento quisiera saber que lo llevó a usarla.

Una tensión extraña se acumula a nuestro alrededor y Ghost simplemente se da media vuelta para retirarse. Cuando lo ví por primera vez en el comedor me dejó sorprendida casi todo de él. Es grande, imponente, silencioso y observador. Al principio me asustaba que me reconociera pero descarté la idea ya que Jhonny formaba parte de otra base y otro grupo.

Lo veo alejarse y sé que no miento al decirle que le debo la vida porque si algo le hubiera pasado a Maikol,
no iba a quedar nada de mi.

—A veces me pregunto si Ghost decidirá retirarse algún día. —Price se posiciona a mi lado mientras también observa la ancha espalda del Teniente.

—Supongo que si, su familia lo debe estar esperando. —digo mientras me mantengo en una calma disimulada.

—Él los perdió a todos. —revela el capitán—. A veces llego a creer que también se perdió a si mismo.

Price no me permite responder pues se aleja de mi yendo en la misma dirección que Ghost.

Todos nos hemos perdido en algún punto de nuestras vidas. Algunos logran volver y la mayoría se quedan estancados. Perdemos nuestra esencia, nos alejamos de aquello que nos brindaba alegría y en algunos casos, permitimos que otros nos pisoteen porque ya no sabemos que es lo que realmente merecemos.

A veces me hubiera gustado creer que pasé todos esos males con Jhonny porque no sabía lo que merecía y no por la pura necesidad de no tener hambre un día más.

Suspiro con pesadez y me doy la vuelta para caminar en dirección a donde König y Maikol me esperan. Soap y el tal Gaz se han ido, cosa que me hace pensar que lo más probable es que el primero se fue a una misión y el otro a descansar, pues no estaba uniformado. Ellos notan mi presencia y Maikol me mira, al ver que voy despacio por las muletas decide acercarse a mi.

—Mami tengo que irme, es mi hora de estudio. —me habla mientras me brinda una de sus adorables sonrisas que logran agitarme el corazón—. König me llevará, no es necesario que nos acompañes. No quiero que te esfuerces mucho.

Decido no luchar con él esta vez y permito que se vaya. Lo hago solo porque andar con muletas en esta ocasión me está costando más que la última vez que las use hace años. Mis brazos duelen al igual que la pierna que uso de soporte y la que tengo herida suele lanzarme punzadas de dolor. Supongo que me he vuelto débil por no hacer la misma cantidad de ejercicio que antes.

Miro mi pierna y tanto la cicatriz como las varillas se sienten como un déjà vu, uno al que espero no volver jamás.

Me dirijo al área de peatones de la torre ya que en este lado de la base no tengo nada que hacer. Después de un rato de caminar lento y con cuidado, logro llegar a la zona que está libre para el andar de los civiles. Me debato por un momento que hacer pero al final tomo la decisión de sentarme en una de las mesas que están vacías para pensar un poco en lo que haré a futuro. No he dado ni tres pasos cuando un delgado brazo se levanta a los lejos para llamar mi atención.

Entre balas [Ghost x Tu] (#1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora