Entre balas [Ghost x Tu] (#1)

Capítulo 22

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•Un año después del nacimiento de Maikol Valerys.

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El impacto me deja aturdida pero hago lo posible por no quejarme, si lo hago me irá peor. Me mantengo sería con el rostro agachado pues aprendí a las malas que no debía mirarlo a los ojos cuando estuviera molesto y que realmente de nada valía brindarle mis lágrimas a él.

Sigo tirada en el piso, apoyada en mis brazos mientras espero su próximo movimiento.

Jhonny hoy no está borracho, no está drogado y no parece estar fuera de si. El motivo de sus golpes es porque simplemente despertó malhumorado y yo me tropecé con él en la cocina. Hoy no son tan fuertes como los habituales, por lo que no me preocupo demasiado. Ambos nos miramos fijamente cuando decido observarlo, sus ojos me escanean y a veces me pregunto que pasará por su asquerosa cabeza.

—Tengo una propuesta para ti. —el hecho de que me este hablando con un tono decente y sin insultos es toda una sorpresa para mí.

Yo me dedico a mirarlo con recelo, no me interesa oírlo y solo quiero que se vaya. Ya ha pasado un año desde que nos casamos y nos mudamos juntos. Recuerdo lo ilusionada que estaba por esto, creyendo que seríamos la familia feliz. Jhonny jugó bien sus cartas pues me hizo creer que todo era perfecto y que podía darle una gran vida a Maikol. Por obvias razones, nada de eso pasó y cuando me dió el primer golpe, supe que no tenía escapatoria.

Su carraspeo me saca de mis pensamientos pues parece que va a hablar pero un llanto se alza entre nosotros y mi mirada se posa en las elegantes escaleras de caracol que hay en la casa. No puedo evitar ponerme nerviosa y decido levantarme con cuidado.

—Permiteme ir a verlo, por favor. —le ruego mientras mantengo mi rostro agachado.

—Vete, hablaré contigo en la cena. —lo escucho irse pero no levanto la vista hasta que sus pasos desaparecen por la puerta principal y después se cierra.

Corro escaleras arriba cuando estoy totalmente segura que él se ha ido. Me posiciono delante de la habitación de Maikol y saco una llave de mi bolsillo para quitarle el seguro y así poder entrar. Soy consciente de lo arriesgado que es tener la habitación de un niño con llave pero no confío en Jhonny estando borracho, o bueno, no confío en él en general.

Una vez lo tomó de un brazo como si fuera un trapo. Recuerdo que grité con terror porque creí que lo lanzaría contra el suelo o lo lastimaria. Para mi alivio, lo volvió a dejar en la cuna mientras el pequeño lloraba y se dedicó a darme una paliza a mi. Desde ese día mantengo la puerta con seguro mientras Maikol esté aquí.

Jhonny es cruel y no le importa para nada su propio hijo. Muchas veces me ha dicho que debí abortarlo y otras me amenaza con que va a matarlo. Una vez cuando estaba embarazada de seis meses e iba bajando las escaleras, él no dudó en empujarme. No recuerdo mucho de ese día pues me dí un golpe en la cabeza y me desmayé. Solo recuerdo que me desperté en un hospital y los médicos me dijeron que de puro milagro no había perdido al bebé y que me había dislocado el tobillo.