Entre balas [Ghost x Tu] (#1)

Capítulo 3

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Adoro el silencio y la soledad, es algo que logra brindarme tranquilidad y me permite pen...

—¡A qué no me atrapas!

—¡Soy un soldado entrenado y con años de experiencia, obvio que te voy a atrapar!

Cierro los ojos para poder frotarme la frente y los vuelvo a abrirlos cuando siento como Soap y Maikol pasan corriendo delante de mi. Ya ha pasado una semana desde que ese niño despertó y en tan poco tiempo a puesto la base de cabeza. Está asignado como protegido y no tiene permitido estar solo en ningún lado debido a eso. Muchos compañeros de confianza han tenido la oportunidad de cuidar de él y se ha logrado ganar el cariño de casi todos. Es activo, curioso y tiene una personalidad atrayente.

En otras palabras, es un aire de tranquilidad para aquellos soldados que necesitan relajarse.

Soap levanta a Maikol cuando logra atraparlo y lo hace girar en el aire, haciendo que se carcajee y logrando hacer que varias personas lo miren y rían con él. El sinvergüenza es adorable y tiene a una base militar comiendo de su diminuta mano, cosa que me hace pensar si debería preocuparme o no.

En realidad, él no debería estar en esta zona de entrenamiento o en cualquier otra pero el General nos ha brindado el permiso siempre y cuando seamos varios a su cuidado, no le dejemos un arma cerca o lo llevemos a las zonas de tiros.

El pequeño suele dormir en la habitación que le asignaron a él y a su madre, nunca nos preocupamos pues siempre tiene a un soldado en la puerta vigilando. En las mañanas lo llevan a una pequeña biblioteca y le ponen actividades de estudio. Cuando llega la hora del almuerzo, siempre lo podemos ver sentado en algún comedor mientras charla con quienes estén ahí. Cada día se sienta en una mesa diferente, por eso es que ya casi todos los soldados y cadetes lo conocen.

Con Maikol todo parece ir demasiado bien, ojalá pudiera decir lo mismo de la madre.

La tal (T/n)______ no ha despertado desde que salió de cirugía y llegó aquí. Según el médico, parece haber entrado en un estado de inconsciencia leve y que simplemente debemos esperar hasta que despierte. Su pierna  se encuentra delicada y no se sabe como será su recuperación. Maikol siempre va a visitarla cuando Soap va a darle un vistazo, según mi amigo, la visita mucho porque se siente responsable de su estado por haberla salvado.

Sinceramente no se si creerle, pues yo salvé a Maikol y aunque al principio estaba muy atento a él, era porque tenía el trauma de que terminaría siendo hijo mío. Lo más probable es que Soap tenga un motivo más personal.

—Mañana nos toca a König y a mi cuidarlo. —dice Gaz apareciendo a mi lado y mirando la escena—, él y yo no hemos dejado de ver videos de como cuidar a un niño.

Miro con confusión a Gaz y si no tuviera la máscara, se daría cuenta que estoy levantando una ceja hacia él.

—¿Qué? —me pregunta.

—¿De verdad vieron videos de eso?

—Claro, ninguno de los dos tiene hijos por lo tanto no sabemos como tratar con él, pero como el internet todo lo puede, que mejor ayuda que la de un tutorial en Youtube.

Esto es el colmo.

Gaz y yo mantenemos silencio mientras seguimos viendo a Soap y a Maikol jugar. Otros cadetes se han unido al juego y en menos de un minuto ya hay siete soldados jugando a las atrapadas y gritándose insultos.

Carraspeó fuertemente y todos parecen entender que no quiero que el mocoso escuche malas palabras y después la mamá nos demande por brindarle mala educación a su hijo. Todos rien mientras se persiguen y mucha gente empieza a detenerse para ver el juego.

Suelto un suspiro y cuando decido irme por un momento mi atención cae en Maikol, quien por algún motivo corre hacia mi y se abraza a mis piernas. Yo soy demasiado alto y él es demasiado pequeño, por lo tanto, debo agachar la cabeza de más para poder verlo y él debe levantarla hasta casi quedarse sin cuello para poder mirarme. La escena que proyectamos debe de ser demasiado ridícula pero no es como que pueda patearlo y alejarlo de mi.

—Señor Ghost, cargueme, ya no quiero caminar ni jugar más. —habla mientras levanta sus brazos hacia mi y me mira con ojos de cachorro abandonado.

—Dile a Soap. —digo mirando a todos lados menos a él.

—No, quiero que me lleve usted.

Los cadetes siguen jugando sin él y otros se han puesto a charlar aprovechando la reunión. Gaz parece que se fue de mi lado en algún momento y se encuentra hablando con unos hombres, así que me encuentro solo sin poder escapar de un niño mimado.

—Ya te dije que no. —gruño y cuando vuelvo mi vista a él, está sujetando fuertemente mi pantalón mientras me mira con lágrimas contenidas y con esos grandes ojos llenos de tristeza.

Esto tiene que ser una maldita broma.

—A la mierda. —susurro y con rapidez me agacho para cargarlo en mis brazos—. Ni se te ocurra llorar o te lanzo al piso.

Él se sienta en mi brazo y yo le sujeto las piernas para que no se caiga, uno de sus brazos descansa en mis hombros y el otro se aferra al chaleco que llevo puesto. Se ha puesto cómodo y yo no encuentro que hacer.

—¿Por qué querías venir conmigo? —le pregunto.

—Porque confío en usted. —dice para después recostar su pequeña cabeza a la mía y yo me tenso. Esto es demasiado afecto—, tambien confío en el señor Soap.

—No nos conoces casi y yo solo te salvé, ¿Por qué confiar? —mientras hablamos decido caminar por el amplio terreno para no verme tan ridículo ahí parado.

—Ustedes se parecen a mi padre. —menciona y yo maldigo mentalmente. Lo último que necesito es que este niño crea que somos su papá o algo así—. Nunca lo conocí pero mamá me mostraba fotos de él, sé que fue un soldado y también me dijo que le gustaba cargarme y que mi nombre lo había elegido él.

—¿Si sabes que no vamos a ocupar su lugar, cierto? —le digo de manera directa y sus brazos se abrazan a mi cuello con fuerza.

—Ya lo sé, señor Ghost. —su voz es débil y me arrepiento de haberle dicho eso.

No tengo nada en contra de Maikol pero en algún momento se irá de la base. No puedo permitir que se encariñe con nosotros o al revés.

[...]

—¡Y no lo olviden soldados, los quiero vivos, no muertos! —el General nos grita por el intercomunicador y todos gritamos afirmaciones.

Salto del auto con mi arma en mano. Gaz y König van detrás de mi y nos ponemos en formación tal y como se había planeado. Estamos en la ubicación donde se va a llevar a cabo la misión de recolección de información. El edificio en el que debemos penetrar parece que va a caerse en cualquier momento y la noche nos ayuda en esta ocasión.

Repasamos un millón de veces lo que debemos hacer pero siempre hay que esperar lo inesperado. König se encargará de abrirnos paso derrumbando puertas y despejando áreas, los demás nos encargaremos de buscar algo que nos sea útil para saber más de la organización terrorista.

Solo debemos entrar, buscar la información y por supuesto...

No morir.

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