Entre balas [Ghost x Tu] (#1)

Capítulo 8

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Me miro en el pequeño espejo por un largo rato y noto como las ojeras están más pronunciadas de lo normal. Acaricio la zona alrededor de mis ojos que se encuentra quemada y no puedo evitar pensar en lo mal que he dormido estos días.

Mi atención cae en la laptop que descansa en la cama de la pequeña habitación que tengo y suspiro fuertemente. Han pasado tres días desde mi interacción con todo el mundo en el comedor y he preferido evadir mi misión de cuidar a Maikol y entrenar a los cadetes para poder centrarme en ayudar a Price a encontrar algo relevante sobre los responsables de la destrucción del pueblo.

Me acomodo el pasamontañas y la capucha que yace sobre mi cabeza pues he preferido usar esto que la otra máscara por la comodidad. Veo la hora cuando termino de vestirme y decido no perder más tiempo. Tomo el portátil y salgo de la pequeña instalación donde se encuentran las habitaciones de los soldados.

Price me ha dicho que debemos reunirnos en una de las pequeñas salas de reuniones que tiene la base, por lo que hago todo lo posible por ir rápido y vigilo a mi alrededor para que nadie conocido me vea y me distraiga. Estos días no he tenido ganas de interactuar con ninguno y como la mayoría están de descanso, puedo estar tranquilo de que no van a llegar a decirme que alguno de ellos esta muerto.

Cuando llego a la sala me doy cuenta que esta vacía y el único hombre que estoy buscando se encuentra solo frente a mi, sentado a la cabeza de la gran mesa que hay y con toda su atención puesta en su portátil. No me mira y sé que no se ha dado cuenta de mi presencia, así que decido entrar y acercarme a él.

—Price.

Se sobresalta al escucharme y en cuestión de segundos tengo un brillante revolver apuntandome. Mantengo la calma y casi río al ver que me mira mientras gruñe al darse cuenta de que soy yo; no se esfuerza en disimular su molestia cuando cierra con fuerza la pantalla de su laptop y me brinda una mala mirada.

—Casi me matas del susto, Simon. —brama y me hace señas para que me siente—. La próxima vez te abriré la cabeza de un tiro.

Ignoro su amenaza y me siento para no perder más tiempo. De manera inevitable soy consciente de como corre su portátil y lo aleja de mi, acción que me hace observarlo por un momento pues es demasiado extraño ese comportamiento por parte de él.

Es obvio que, sea lo que sea que tiene ahí, no quiere que lo vea. Él me ignora abiertamente aún sabiendo que me he dado cuenta, así que decido dejarlo pasar y abro mi laptop para después teclear un poco y encontrar lo que busco. Cuando ubico la información giro el aparato hacia él para que vea lo que he encontrado. Se da unos minutos para leer y después me mira.

—Es el inventario de una mercancía de armamento. —me dice mientras sigue leyendo.

—No cualquier mercancía. —aclaro y señalo lo que debe leer—. Es una mercancía de lanzamisiles RPG-7. Son destructivos y si se disparan varios a la vez, ya sabes lo que pasa.