Entre balas [Ghost x Tu] (#1)

Capítulo 28

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Alejandro y yo caminamos juntos en silencio, él parece estar pensando en lo que sea que quiere decirme y yo solo me dedico a esperarlo pacientemente. Parece ido, como si algo estuviera preocupandolo más allá del tener que ir a la misión mañana. No puedo dejar de pensar que Alejandro es un gran soldado de élite pero muchas veces deja a la vista sus emociones. Para mí sorpresa o desgracia, creo que me esta pasando lo mismo con (T/n)_______ y Maikol. Después de unos minutos más caminando sin rumbo fijo, él se detiene y me mira fijamente.

—¿Qué se siente tener un hijo, Ghost?

Su pregunta me toma por sorpresa y casi me siento caer de culo hasta que caigo en cuenta que se está refiriendo a Maikol. Sonrío con un poco de incomodidad y niego levemente con la cabeza.

—Maikol no es mi hijo. —respondo simplemente.

—Sé que no lo es pero asumí que lo quieres como a uno. —me explica con extrañeza.

La pregunta se siente como una bofetada, sobre todo porque tiene razón y no entiendo porque me empeño a negarlo. Quiero a Maikol, lo quiero más de lo que me gustaría admitir y me asusta el pensar que mi querer hacia él llega hasta ese punto de considerarlo mi hijo. Las personas no siempre lo entienden. Se preguntan como puedes empezar a querer a un niño de esa manera; incluso yo mismo solía preguntarmelo y ahora no puedo ni darme una explicación. Maikol se ganó mi cariño poco a poco, sin avisar y sin permiso. Ese niño con pequeños gestos y acciones conquistó a una base entera y a mi deteriorado corazón.

Ahora que lo pienso, me asusta darme cuenta que no se tuvo que esforzar mucho para tenerme a sus pies. Incluso me atrevo a decir que lo heredó de su madre, pues ella fue otra que se coló en mi sistema aún desconfiando de ella. Eso contando que mi patético intento de sacarle información me salió como tiro por la culata pues en vez de sacarle información, terminé conociendo el sabor de su boca.

—Disculpa, no quería incomodarte, pensé que lo apreciabas como a tú hijo y lo entenderías. —me revela y se masajea la frente con cansancio—. Queria hablar contigo porque necesito pedirte un favor. Ambos sabemos que pronto iremos a esa misión y tal vez no regresemos, por eso necesito tu ayuda para poner a alguien a salvo. Tu deberías hacer lo mismo con el niño y la madre.

Quiero preguntarle a que se refiere, se supone que en esta base ellos están seguros y si volvemos o no, serán protegidos. Sea quien sea la persona que necesita proteger quedará resguardada no solo por estar aquí, sino también por ser alguien cercano a él. Alejandro parece notar mi confusión y cuando va a intentar hablarme de nuevo, el suelo de la base se estremece con fuerza y un potente sonido capta nuestra atención.

Una explosión.

Ambos corremos en dirección al sonido y podemos ver como una inmensa nube de humo se alza entre los establecimientos de la base. Una de las estruendosas alarmas de emergencia se activa haciendo que muchos soldados empiecen a correr y a moverse deprisa; mientras más corremos, puedo ver que la explosión fue en el establo de las aeronaves y las inmensas llamas del fuego se están moviendo con rapidez. Hay muchos escombros en la zona y cuando estamos a unos metros del fuego, varios bomberos nos hacen retroceder.