Recuerdo despertar en otra habitación distinta a la mía, pero esta vez no era la de Enzo, si no la de invitados. De este cuarto tengo recuerdos porque antes de ser la habitación de huéspedes fue la de Enzo, pero se le hizo pequeña.
Me erguí de la cama y me di cuenta de que me había quedado dormida mientras veíamos la película. Tras recoger mis zapatos, me fui.
Me arreglé con algo sencillo y salí, los chicos ya estaban abajo.
-Pensábamos que íbamos a tener que ir a buscarte. -bromeo Marc.
-¿Dormiste bien? -me preguntó a continuación Enzo.
-Sí, gracias.
Estábamos bajando para ir a buscar a Kami, cuando Marc habló.
-La abuela se sorprendió cuando te quedaste dormida, y papá y mamá, más aún.
-También me sorprendí yo a mí misma.
-Pues dímelo a mí, que en un momento solo estabas apoyada en mi hombro, riendo, y al siguiente te quedaste dormida.
Todos nos reímos, Kami nos miró extrañada, pero Marc le explicó lo que me había ocurrido.
Aunque no supe diferenciar la mirada que me lanzo, si de sorpresa por mi acontecimiento o de sorpresa porque Marc le estuviese hablando tan tranquilamente. No es que Marc no le hablase a Kamilah, pero cuando bajábamos solía ir hablando con Enzo o conmigo, pero no le hacía mucho caso a Kami.
Al llegar al instituto, Jordi estaba allí y nada más vernos vino corriendo.
-Hola preciosas. -nos saludó a ambas, pero rápidamente pasó su atención a mí. -No te lo vas a creer. ¿Te acuerdas del chico con el que estuviste el otro día en la fiesta?
Asentí.
-¿El chico del que me hablaste? -preguntó Marc, y volví a asentir.
-Pues está aquí.
-¡¿Qué?! -exclamé sorprendida y feliz.- ¿Dónde?
-Está en la entrada, parece que se lleva bien con las tías de por aquí, porque tiene un corro al rededor.
-Vamos. -contesté emocionada.
-Para, para, para. -dijo Kami y cogiéndome de la muñeca para que no me pudiese mover. -¿Por qué yo no sabía nada de este chico?
Y caí en la cuenta de que no se lo había dicho.
-¡Es cierto, no te lo conté! Pero mira qué casualidad, ven que te lo presentó.
Kami sonrió más contenta y tras cogernos del brazo fuimos hasta donde nos indicó Jordi, y tenía razón tenía un corro al rededor bastante numeroso, pero gracias a Kami, que tenía un don para hacerse hueco en cualquier sitio, llegamos al centro.
Y tenía razón Jordi, estaba ahí.
-¡Biel! -exclamé entre feliz y sorprendida.
-¡Pequeña! -me saludo igual de sorprendido que yo, pero rápidamente me abrazo. -¿Y tú aquí?
-La pregunta sería, ¿y tú aquí? -recalqué.
-Me han cambiado de instituto, mi madre trabajó duro para que al menos mi último año lo pasase en un instituto de renombre como este.
-Pues mira qué casualidad, que este yo aquí. -conteste feliz.
Me di cuenta cuando note un pellizco de Kami en la espalda de que tenía que presentarlos.
-Biel te presento a Kamilah. -él la saludo con una sonrisa de las suyas. - Kami te presentó a Biel.
-Un placer conocerte.
ESTÁS LEYENDO
No basta con decir, Te quiero.
RomanceNia lleva enamorada años del mejor amigo de su hermano, Enzo. Tras volver de un viaje de tres meses Enzo ha cambiado, tanto que hasta se ha enfrentado a su mejor amigo para poder estar con ella. Pero cuando un compañero nuevo, con mirada que transpo...