Mi vida no se detuvo como yo hubiese querido, llegue tarde a casa directa desde el aeropuerto y aunque mis padres y Marc intentaron hablar conmigo en reiteradas ocasiones, yo estaba en otro planeta, encerrada en mis pensamientos y en mis propios problemas.
Al día siguiente la alarma no sonó, o por lo menos yo no la escuche y por eso me levanté casi a la una de la tarde, por lo tanto, decidí no ir a clase, pero cuando después de comerme un yogur encendí mi móvil tenía cientos de mensajes de Kami, Jordi y Killian. Los tres preguntaban por qué no había ido a clase, si me encontraba bien, si necesitaba algo, les respondí a todos que me dolía la cabeza y me tumbe en el sofá con Lucas en mi regazo dejándose acariciar. Puse música triste, porque yo cuando estaba triste en vez de poner música alegre para intentar salir del hoyo, no, yo ponía música triste hasta que un día, de la nada, dejó de poner esa lista de canciones y paso a poner una más alegre. La música triste es como cuando le echas alcohol a una herida, primero escuece, pero más tarde te das cuenta de que aunque te haya dolido, la herida ya ha curado.
El martes me obligué a ir a clase, aunque mis ánimos estuviesen por los suelos, pero estaba en bachillerato, no era momento de empezar a faltar a clase a la primera de cambio. Kamilah no se despegó de mí en todo el día, y a la hora del descanso le conté todo nuestra cafetería habitual, Jordi y Killian habían ido al campo de fútbol a jugar mientras.
-Nia, ahora sé que duele, pero has tomado la mejor decisión. -me aseguro sonriente antes de darme un largo abrazo que me sano unos instantes.
Por la tarde, tras haberme puesto al día con las clases y de terminar un par de trabajos, salí de la biblioteca en dirección a casa para tumbarme en el sofá con una manta y Lucas al lado que desde que había llegado no se separaba de mí, como si supiese lo que me ocurría y quisiera darme todo su cariño. Marc llegó a casa poco antes de cenar, se acercó a mí y sin mediar palabra me dio un abrazo de esos que solo te puede dar tu hermano, esos en los que te dicen que todo va a estar bien, que sonrías. Un rato más tarde estábamos haciendo pizzas entre risas mientras veíamos la que se avecina, papá llegó justo para ponernos a cenar juntos y a las diez, Marc dijo que tenía que ir a repasar para un examen importante de mañana, y papá se fue a su despacho a terminar trabajo.
-Cariño, cuéntame qué ocurrió con Enzo.
Pude contarle toda la historia, nunca había tenido vergüenza de contarle a mi madre curiosidades de mi vida, pero decidí resumir todo a una frase.
-Simplemente, terminamos algo que no debió comenzar.
Sonrió, pero con tristeza en su mirada, agarró mi mano y la acarició hasta que el sonido del timbre la hizo levantarse e ir a abrir.
-Oh, hola Killian, ¿tú por aquí? - escuché a mi madre decir.
-¿Es Killian? -me pregunté para asegurar.
-Sí, pasa cielo. -le dijo. -Os dejo a solas, me voy a ir a leer un rato. Buenas noches.
Ambos le deseamos las buenas noches antes de que se metiese en su cuarto.
-Arréglate. -me dijo.
-¿Perdona?
-Ponte un chándal, te voy a llevar a un sitio muy bonito.
-Killian, son casi las diez de la noche, y mañana hay clase.
-Te prometo que no te entretendré mucho.
Suspiré y acepté, le hice caso y me puse un chándal y un abrigo. Me abrió la puerta del coche para que pasase y en menos de diez minutos estábamos frente al parque de la Ciutadella.
-Hemos llegado, tesoro.
-Deja de llamarme así, o por lo menos dime una razón de porque lo haces. -pedí.
-Algún día te contaré la razón, pero no voy a dejar de llamarte así, tesoro. -contestó recalcando en la última palabra.
Inspire y salimos del coche que estaba estacionado justo frente al portal que daba entrada al parque.
-¿Qué hacemos aquí? -pregunté.
-Quería enseñarte este sitio, es precioso, sobre todo de noche.
-Te recuerdo que llevó viviendo aquí toda la vida, ya había venido aquí.
-¿De noche también?
-No, de noche, no, pero...
-Nunca digas que has conocido un sitio si no has estado de noche.
-¿Por qué?
-Acaso tú si vas a Nueva York lo ves solo de día, no verdad, lo bonito es verlo con el cielo oscuro. Todo es más bonito de noche.
Asentí y empezamos a caminar por el parque, cuando llevábamos varios minutos andando su mano rozó la mía, y un par de segundos después nuestros dedos se entrelazaban.
-Killian... -susurré.
-Tranquila, somos amigos.
Afirme y seguimos andando hasta que llegamos a donde se encontraba la fuente y subimos las escaleras y nos apoyamos en la barandilla de piedra. Estuvimos un extenso rato en silencio, pero a diferencia de otros silencios este no fue incómodo, ambos observábamos en paisaje, las luces y la noche estrellada que hoy había.
-¿El viernes tienes planes? -me preguntó.
-No.
-Genial, pues no hagas planes.
-¿Por qué?
-Ya lo averiguarás.
-Killian, no sé si lo sabías, pero odio las sorpresas. Las odio.
-Pues lo siento mucho, pero no te diré nada.
Lo miré con desprecio y devolví mi mirada al paisaje hasta que sus brazos me rodearon la cintura.
-Killian... -murmuré.
Dejó un beso en mi cuello y con una mano acaricio mi mejilla. -Tú odias las sorpresas, y yo odio, verte triste y sin ese brillo que solo tú tienes.
-No sé de qué me hablas.
-No te enfades con Kamillah, porque puedo llegar a ser muy persuasivo.
-¿Te lo ha contado? -pregunté después de girarme y quedar mi boca a apenas dos centímetros de la suya.
-Sí. -apoyó su frente en la mía. - Sonríe, por favor.
Y me salió sola, sonreí, fue una sonrisa pequeña, pero fue sincera.
-Prometo sacarte diez sonrisas de esas al día.
-Con una al día llega.
-A mí no me llega con solo verte sonreír un segundo al día. Quiero que te duela la cara de sonreír.
Puse mis brazos alrededor de su nuca y él me pegó más a él.
-¿Por qué te empeñas tanto en que sonría?
-Porque me he enamorado de tu sonrisa. -contestó.
No pude evitar sonreír, de nuevo.
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No basta con decir, Te quiero.
Roman d'amourNia lleva enamorada años del mejor amigo de su hermano, Enzo. Tras volver de un viaje de tres meses Enzo ha cambiado, tanto que hasta se ha enfrentado a su mejor amigo para poder estar con ella. Pero cuando un compañero nuevo, con mirada que transpo...