Capitulo 18

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Por un momento sentí el impulso de timbrar a su puerta, que me abrazará y que me dijera que todo iba a estar bien. Pero como iba a estarlo cuando una parte de mí luchaba contra la otra para saber a quién hacer caso. Al corazón que no quiere creerse las palabras de Marc, o a la razón que sabe que gran parte de lo que dice Marc es cierto.

No hice caso al impulso y tras hacerme unas palomitas me fui a mi cuarto y decidí ver Netflix desde el ordenador.

Estaba terminando de ver la tercera temporada de Riverdale cuando alguien tocó a la puerta.

-Pasa -le dije.

-¿Has hablado hoy con Kamilah? -me preguntó Marc directamente.

-He estado hoy con ella en el parque de abajo.

-¿En el parque de abajo? -preguntó extrañado.

-Sí, hemos quedado allí con Jordi, el chico nuevo y algunos más. ¿Por qué preguntabas?

-Por nada, me contó lo de su hermana y le dije que saliera del hospital porque en la llamada se le notaba angustiada y me dijo que iba a ir contigo, solo quería asegurarme de que lo había hecho.

-Pues si estuvo conmigo, pero se fue con el resto y no tardaron mucho en irse, y yo me tuve que quedar con el nuevo. -explique.

-Me han hablado de él, papá es amigo de su padre.

-¿En serio?

-Sí, y creo que vamos a ir a cenar el sábado con ellos, pero no estoy seguro.

-Pues espero que no. -susurré.

-¿Por qué dices eso?

-No para de ponerme apodos, y no me gusta que me los pongan sin conocerme.

Se rio -Muy buena técnica para ligar. -respondió.

-Conmigo no va a funcionar -aseguré.

-Pues a tu amorcito le fue bastante bien, eh princesa.

-Eso no tiene nada que ver, princesa tiene una razón de ser.

-Ya... ¿cómo dices que él te llama?

-Eh... pues me dice "rubita", y también "tesoro".

-Eres una exagerada, que importa si te dice "rubita" eres rubia, ¿no?, y lo de tesoro tampoco es tan malo.

-No me gustan, lo sabes.

-Bueno, con decírmelo a mí no vas a solucionar nada.

-Ya bueno, ¿querías algo más?

-No. Buenas noches.

-¡Ah y también me llamó "loca desesperada"! -exclamé.

-Me cae bien. -respondió.

-Fuera, fuera. En mi habitación no entran personas a las que le cae bien Killian.

Se rio, pero salió después de despedirse de nuevo.




No basta con decir, Te quiero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora