Capítulo 16: El amor duele, pero vale la pena

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La alarma de mi despertador me obligó a abrir mis ojos, sentí que estaban hinchados, me dolían por haber pasado casi toda la noche llorando, me levante si ánimos de mi cama, fui al baño e hizo lo mismo que hago cada mañana, tome una ducha, me puse un vestido celeste corto y unas converse blancas, recogí mi cabello en una cola alta, tomé mi mochila y la cargue en un hombro, salí de mi cuarto, baje las escaleras y caminé hasta el instituto, escuche sonar mi celular, lo saqué de mi mochila y lo revise.

Matt:

"Hola fiera ¿como estas?"

Sonrío con tristeza para luego ignorar el mensaje y volver a guardar mi celular.

Al llegar al instituto me encontré con Dana, se acercó a mi a mi para abrazarme y darme un poco de apoyo, ella sabia lo que estaba pasando y lo difícil que seria para mi, me separe de ella.

- Es un imbécil - dijo refiriéndose a Frank.

- Lo es - caminamos por el pasillo para dirigirnos a nuestros casilleros.

Me detuve frente al mio, mi ceño se frunció, en el casillero estaba pegado un sobre color crema, lo tomé algo confundida y mire a Dana que me miraba con emoción.

- Joder - fue lo que dije al leer el contenido.

Era una de las seleccionadas para la subasta del viernes, a mi no me gustaba eso de que es el instituto venda adolescentes por una noche, pero por lo menos tendría un viaje pagado a una cabaña.

Mirándole el lado positivo a la vida, buen trabajo lo haces excelente.

Te habías tardado en aparecer, y yo que me estaba empezando acostumbrar a tu ausencia.

¡Pues te jodes!

Tu me tienes jodida.

Jodida estas porque sabes que no puedes estar con Matt.

No tienes que recordarlo.

Es para que te acostumbres a tu desgracias de perder al idiota sexy, que te vuelto loca cuando...

No seas explicita conciencia.

Explícitos los sueños que tienes con el idiota sexy.

Mis mejillas enrojecieron al recordar aquel sueño, Dana me miró con una ceja enarcada.

Solté un suspiro de alivio, gracias al cielo no preguntó el motivo de mi sonrojo.

- ¡Te seleccionaron! - chilló mi amiga.

- Bueno, por lo menos tu caerás conmigo - ella frunció el ceño, por lo que apunté a su casillero, ella siguió a donde señalaba, en su casillero también había un sobre color crema.

- Joder, yo que quería ser la que te apoyara y luego burlarme de el que te compro -

Giré los ojos.

- Que gran amiga eres - dije con sarcasmo.

- Lo sé -

Después de eso fuimos a nuestro salón, sentí una mirada sobre mi, no necesitaba levantar la mirada para saber quien era, así que simplemente lo ignore.

Las clases pasaron rápidamente, Dana y yo decidimos que seria mejor que durmiera en su casa, para poder distraerme un poco, le dije a mi madre, que aceptó sin pensarlo, creo que ella confiaba más en Dana que en mi que soy su hija.

- No quiero participar en la subasta - me quejé.

- Yo tampoco, pero es obligatorio para que el instituto tenga mas ingresos -

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