(ONE SHOTS) scaloneta y vos. +18

el chico del brighton. (one shot) alexis mac allister. +18

Al fin estaba terminando mi día de trabajo. Estaba muy cansada. Ya era sábado y quedaba la última media hora laboral para poder descansar el fin de semana. Tenía que terminar de re-stockear unos cuantos productos en uno de los estantes y cajones que había mas abajo, me agache para acomodar todo. En realidad prefería estar aquí que aburrida en casa. A pesar de trabajar de Lunes a Sabado en un sexshop de la ciudad de Brighton, mi vida era de lo mas aburrida. No salía nunca, no tenía muchas amistades y menos un novio. Hacia unos meses me había mudado para acá para aprender ingles, algo que siempre había querido. Tuve la oportunidad y se me dio de venir hasta aquí. Me encantaba la vida aquí, era muy lindo.

Estaba agachada acomodando unos dildos en el cajó cuando escuche la puerta abrirse, en conjunto con el sonido de la campanita colgante que avisaba cada ve que se abria. Me levanté, acomodándome el jean que me caía para dirigirme al chico que había entrado.

—Hello, how can I help you? -pregunté en ingles.

El chico era un hermoso rubio tirando a pelirrojo. Estaba un poco sonrojado, quizás era por el hecho de entrar a este lugar. Vestía el uniforme del Brighton and Hove, el equipo de futbol de acá. Short, a pesar del frio que estaba haciendo, camiseta y una campera en conjunto con los botines. Algo que me sorprendió fue que tenia un mate en la mano. Este o es argentino o es uruguayo, no hay de otra. Me miró y me contesto en un ingles muy marcado que solamente había entrado a mirar algo para regalare a su compañero para su despedida de soltero. Eso decía la mayoría de personas que entraba al lugar.

—Vos no sos de acá ¿no? -le dije, tenia que preguntarle.

—¿Tanto se me nota? Me dijo,

—Supuse. Por el mate o por el acento. -sonreí.—Menos mal, para que te entienda porque cuando la gente viene a comprar y habla rápido no le entiendo una bosta.

El solamente sonrió mostrándome los dientes, dándome la mano.

—Hola, soy Alexis. Si, soy de Argentina. Inconfundible ¿no? Ya te vas aacostumbrar al idioma, al principio parece difícil pero después le agarras la mano -me dio la mano y se la devolví.

—Me llamo ________TN, hace unos meses vine. Bueh yo sacándote charla, decime que necesitas o si queres mirar algo por ahí espero y te muestro.

—Bueno dale.

Se acercó a unas tangas de caramelo que había colgadas en uno de los ganchos de las paredes. Agarró para ver de cerca y la dejó en su lugar. Siguió pasando por el local, mirando todo lo que había. Yo quería saber si había entrado por el motivo que me dijo al principio o si lo hizo de curioso. Me acerqué a la puerta para cerrar. Ya eran las 20:00.

—Si tenes que irte llevo algo asi nomas, no te quiero hacer demorar. -me dijo considerado.

—No no, vos elegí tranquilo. No tengo apuro, cierro porque es lo que manda el jefe acá. Vos te podes quedar. -le contesté, era verdad. Despues de la hora pactada no podía entrar nadie, solamente podían salir los que quedaron adentro. Que bendición, encerrada con este bombon rodeada de pijas de goma, azotes y mordazas. Que pensamientos mas pelotudos me llenaban la cabeza.

Conversamos un rato, era lindo encontrar a alguien de tu país. Me hacia sentir que no estaba sola y tambien me daba cercania con aquello a lo que estaba acostumbrada. Me contó de su carrera, hablamos de la familia y de lo mucho que uno extraña estando lejos de casa. Mas que ver juguetes, fue a conversar conmigo y eso me gustaba. Era un chico muy lindo y me atrajo físicamente al instante en el que lo vi.

Sostenia en sus manos un dildo doble, de esos que tenían dos lados. Lo miraba extrañado.

—Que gustos raros que tiene la gente che.