cinco años no bastaron. (one shot) nicolas tagliafico. +18

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Eran las 3am y yo daba vueltas en el auto sola mientras escuchaba un poco de musica. Se sentía como el  domingo mas aburrido de la vida, tenia que salir a buscar aire fresco, no podia estar en mi departamento ni un momento mas. Iba y venia por una de las avenidas, me bajé a comprarme un helado en una de las heladerías y esperé sentada para terminar de tomarlo. Estaba sola en la silla del lugar, boludeando con el celular hasta que vi que una cara muy reconocida pasar en un auto, pensé que era él pero no podía ser, el estaba muy lejos en Francia si n me equivocaba. Escuché que se había casado pero al ver su nombre en la pantalla cambié de canal, lo había silenciado por todos lados. 

Me subí al auto dispuesta a volver a mi casa, tenia que cruzar la avenida de nuevo y ahí fue cuando me pareció ver un fantasma: el fantasma mas hermoso que el pasado podía haberme devuelto. Era Nicolás sentado en uno de los bares del centro con unos amigos. Hicimos contacto visual por unos segundos y mi corazón se emocionó, casi explotando de felicidad. Verlo en la tele era una cosa, pero verlo ahi cruzando la vereda con un vaso en la mano mientras me miraba me había dado vuelco al corazón. Estaba mas lindo que nunca, no vi que tenia puesto, me concentré en mirarlo a los ojos. Los ojos que le susurraban que jamás lo había olvidado y que verlo me llenaba de vida. Giré por ultima vez de nuevo por esa vereda mágica donde el estaba y cuando pasé no lo vi mas, me decepcioné de haberme ilusionado una vez mas y me fui directo a casa.

Llegue, pasé y me fui a la cocina a prepárame un té. En la tele estaba el noticiero repitiendo como siempre casos de inseguridad, inflación, problemas y mas problemas; decidí cambiarlo y poner How I met your mother, nunca fallaba, me moria de la risa en cada episodio a pesar de verlo mil veces. Me senté a tomar el te en el sillón, hacia calor y mientras el agua se calentaba me había puesto el pijama. Pijama entendido como una remera grande de mi ex y una bombacha. La serie sonaba de fondo, boludeaba con el celular en una mano y la taza en la otra, todo muy rutinario. Ya me habia cansado, queria algo mas. Estaba tan aburrida, la salida y verlo a Nico me habia dejado muy manija. Decidí correr esos pensamientos de mi mente y concentrarme en mi misma. Me fui al baño a cepillarme los dientes, hacerme el skincare y terminar de boludear para acostarme y dormir. Mañana tenia que trabajar, no me queria desvelar tanto aunque ya estaba acostumbrada. Volví al sillón para terminar el episodio y me relaje, hasta que...

Sonaron unos golpecitos en la puerta.

Me levanté extrañada. No esperaba a nadie, no habia pedido nada y mucho menos a esa hora. Me dio un poco de miedo pero cuando vi por la mirilla casi me desmayo. Abrí la puerta antes de que sus nudillos golpearan la madera por segunda vez. Tomé valor, agarré el picaporte para abrir la puerta y ahi estaba, tan lindo como siempre, quizas mas.

 —Nicolás. -estaba parado en frente de mi puerta, había llegado hasta aquí. Me sonrió timido, quizas arrepentido de haber venido.

—Hola, perdóname te vi en la calle y no me resistí. ¿Puedo pasar? quería hablar con vos. Pero bancame que si no queres no hay drama eh.

Me hice a un costado, ignorando que tenia puesta solamente un remeróny nada mas. El estaba hermoso, impecable. Vestía un jean, camisa azul y zapatillas. Los ojos le resaltaban y su sonrisa blanca combinaba con la luna. Lo miré como si tuviera veintidos años otra vez.

Entró, le pedi que se acomodara en el sillón, le ofrecí algo para tomar y me dijo que no. Me acomodé a su lado, estábamos mas tensos que la mierda. Le pregunté que que hacia por acá, que hace mil años no sabia nada de el. Conversamos de la vida, entre otras cosas sin sentido. Hablar de eso no era a lo que había venido, yo ya lo presentía.

Mil años que significaba específicamente el día que se fue sin decirme nada, ni siquiera un chau loca. El día mas devastador de la vida de una mina que a penas entrada en una adultez llena de dudas, una minita que perdía al gran amor de su vida, una pendejita mimada que no sabia nada de nada. Para ponernos en contexto, Nicolás era mi chonguito de ese momento que se convirtió en algo mucho mas para mi, pero quizas el no lo tenia claro. Al momento de irse a Francia no me dijo nada, me enteré cuando ya no estaba mas acá, lo demas es historia. El triunfó y yo tambien, aunque a duras penas.

(ONE SHOTS) scaloneta y vos.  +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora