Las voces en el bar ya no hacían ruido, quedaba poca gente, mi vaso y yo. Sentada en la barra hacia ya un buen rato, mi cita de tinder me había plantado y no había nada mejor que hacer que disfrutar del whisky de un hotel lujoso. Quién me mandaba a ser tan trola, tomá.
Miré el reloj por ultima vez, ya faltaban quince minutos para las 00.30, estaba esperando desde las 23 y nadie llegó por mi. Me sentía frustrada, pero mucho mas que eso, me sentía una pelotuda. El chico de la foto era muy lindo para ser real, quizás era un viejo baboso que no se animó a pasar, anda a saber.
Estaba por levantarme de la banqueta de la barra hasta que sentí un perfume masculino muy rico, me voltee despacio, con delicadeza con la esperanza de que fuera mi cita con alguna excusa boluda para explicar el por qué de su tardanza pero no, fue mucho mejor lo que estaba viendo. Era un chico alto, altísimo y grandote lleno de tatuajes. Andaba de jean y camisa blanca. Muy, muy lindo. Lo miré de reojo pestañeando perpleja, No me levanté, me quedé ahí sin darme vuelta por completo. Escuché que había pedido un whisky, igual que yo. Me hice la boluda para agarrar mi bolso y capté su mirada; tenia unos ojos hermosos y una cara varonil, con rasgos muy atractivos. Me guiñó un ojo y me saludó con la cabeza.
—Hola linda ¿por que tan sola? -típico chamuyo barato pero bueno, estaba fuertísimo y no me iba a importar eso ahora.
—Así de potra como me ves, me plantaron. -soltó una carcajada llevándose la mano a la frente. Hice una mueca de que no le daba importancia y tomé del vaso.
—No te la puedo creer, que pajero. -sonreí estirando mi vaso para hacer un brindis.
—Chin chin, por los pajeros. -me chocó el vaso y tomamos de un solo trago todo el contenido del vaso. Me mareó un poco, ya era el segundo de la noche y ya había tomado dos vodkas antes mientras esperaba. —¿Y la novia?
—No hay novia -contestó sin mirarme mientras le hacia seña de un dos con la mano al bartender que nos tendió a ambos. —Seguro anda con mi amigo, estas hablando con el cornudo del año. -Reprimí la risa que me dio su comentario y le puse una cara de disculpas. —Perdoná, no sabia. -hice otra mueca, ya no sabia que cara poner, como siempre metiendo la pata.
—No tenes por qué saber, además yo empecé. -volvió a tomar del vaso nuevo.
Seguimos conversando un rato, entre chamuyos y sonrisas, poniendo mi mejor cara de trola. La bebida ya estaba surtiendo efecto sacándome toda la vergüenza. El bar ya estaba casi vacío.
—¿Te dicen a menudo lo lindo que sos? -esta ultima palabra la remarqué, acercándome un poco a el. Estábamos bastante juntitos por la cercanía de su banqueta con la mía y el empuje que yo había dado para acortar distancias. Hice que me agachaba para buscar algo, dejando el escote de mi vestido corto a la altura de sus ojos. Tenia un primer plano de mis tetas muy lindo. Se relamió los labios.
—Sos atrevida vos eh, sinvergüenza. -me miraba los labios, a punto de comerle la boca me volví para atrás, no la iba a dejar tan fácil todavía. Crucé las piernas con cuidado de no caer, poniendo una mano en el brazo tatuado que tenia apoyado en la barra. Movía los dedos por su piel, delineando uno de los tatuajes que tenia, no se entendía que era, parecía que le habían salpicado la tinta por encima. Lo miré a los ojos y seguí hablando, ya estaba muy caliente y no iba a parar hasta cogérmelo en alguna de las habitaciones del hotel. Hombres así no se aparecen todos los días. —¡Qué artístico! ¿Qué significa? -pregunté refiriéndome al tatuaje.
—Ni idea, vi el dibujo, me gustó y pintó, nada importante. -no dio importancia alguna a lo que hablábamos, estaba en otra. Casi me doy por vencida, capaz flashee que le había gustado. Casi se me acababan las tacticas.
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(ONE SHOTS) scaloneta y vos. +18
FanfictionOne shot, historias cortas con jugadores de la selección de fútbol argentina, ultimos campeones del mundo ⭐️⭐️⭐️ bienvenidos todos 🤟🏻 Comenten y faveen, disfruten también! Si las quieren adaptar, pidan nomas 🎆