One shot, historias cortas con jugadores de la selección de fútbol argentina, ultimos campeones del mundo ⭐️⭐️⭐️
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Si las quieren adaptar, pidan nomas 🎆
Hacia un día que habíamos llegado con Emiliano al apart. Alquilamos un lindo departamento para los dos frente al mar sobre la rambla, al 365. Hacia bastante que lo habíamos señado y por fin el dia anterior después de un viaje cortito pudimos llegar. Caminamos por la playa la noche anterior y nos comimos una pizza en el bar que estaba sobre la playa, hacia mil no disfrutábamos tanto juntos.
Las mañanas siempre empezaban igual, con Emiliano entre mis piernas.
Me desperté sintiendo algo en el hombro y eran sus labios, me besaba mientras me mordía un poco. Él tenia ganas de jugar. Me hice la dormida para ver hasta donde llegaba. Con su mano acariciaba mi abdomen y mis piernas, subiendo y bajando sus caricias por todo mi cuerpo.
–Gorda levantae- susurró en mi oído y gemí cuando sentí sus manos en mi feminidad, fue por detrás introduciendo uno de sus dedos. Suspiré cuando sentí que lo metía un poco mas, no estaba tan mojada todavía por lo que raspaba un poco. Fue dejando besos en mi cuello y aumentando la velocidad, ahora si me había empapado. Cerré los ojos para disfrutar su tacto, seguía besándome, pero ahora por la espalda, dejando un hermoso camino de besos por toda mi espina. Sacó su mano y lo sentí moverse a la par mía, se estaba acomodando para metérmela toda. Me atrajo hacia el apoyando su mano en mi abdomen para acercarme mientras que con su mano dirigía su pene a mi entrada. Con mis manos me tocaba y apretaba las tetas, hacia rato que ya me había despertado y estaba con todos mis sentidos alerta. Colocó la cabeza de su pija en mi concha y la movía en círculos, todavía no me la metia y yo temblaba.
—Cogeme ya, Emi. -le pedí en un suspiro y me la puso completa, gemí mientras se movía de costado. Su mano paseaba en círculos por mi clítoris provocándome escalofríos Siguió asi por un par de minutos. Me levantó la pierna derecha para tener mayor acceso a mi vagina palpitante, siempre me hacia disfrutar tanto.
Me taladraba con su pija mientras sus bolas chocaban contra mi orto, dejando un sonido exquisito por toda la habitación. Me la sacó y mientras yo me quejaba, me agarró de los pies para ponerme en cuatro.
Arquee mi espalda y con todo el culo hacia arriba, me volvió a meter la pija en la concha mojada. Metía y sacaba, gemía conmigo y eso me encantaba.
–Cacheteame, Emiliano. Rompeme toda. -me giré para hablarle y mirarlo a los ojos para pedirle esto ultimo. Con una mano abierta me pegó en las nalgas meintras me hablaba diciéndome lo golosa que era y que le encantaba ponérmela toda, que todos los días me iba a despertar cogiéndome y chupándome la concha.
Sacó la pija de mi entrada, cacheteándome una vez más, para bajar su boca hasta mis nalgas. Mordía mi orto mientras metía los dedos en mi vagina, mojándolos cada vez más. Estaba arrodillado con la boca a dos centímetros de mi concha y yo movía mis caderas buscando su contacto.
–¿Queres que te la coma toda, puta hermosa? -mordía mis nalgas tprturandome con los dedos sin meterlos completo, solamente deslizándolos por mi clítoris.
—Chupamela toda Emi, porfa. -me hizo caso y bajó su boca. Su lengua se movía por todo mi interior, también chupaba y lamía mis pliegues. Con una de sus manos continuó el trabajo en mi clítoris y con la otra me abría los cachetes de las nalgas, me estaba comiendo toda.
Subía y bajaba su lengua como un campeón, la posaba en mi clítoris haciendo presión mientras metía uno de sus dedos dentro de mi. Lo movía con destreza llegando a mi punto débil. Siguió comiéndome la concha hasta que pude acabar, viniéndome en su boca gritando su nombre. Me temblaban las piernas, no podía agauntar un segundo mas. Mi respiración pesada se vió interrupida por las manos de Ei que tiraban de mis pies otra vez, acrcandome al borde de la cama. E había parado, su pija dura como mástil estaba toda ansiosa por meterse en mi, veía su punta brillante por el liquido pre seminal que se asomaba.
–Ahora si, te voy a llenar toda de leche, hermosa.
Mientras trataba de recuperarme, Emiliano volvió a meterme la pija. Me tenia acostada en la cama con una almohada por debajo de mi cuerpo. Arqueaba mi espalda, su pija enorme me llenaba por completo mientras se movía dándome las ultimas estocadas. Siguió cogiéndome por un instante mas hasta que con un fuerte gruñido me avisó que estaba a punto de acabar. Con una gran destreza me levanté de donde estaba, acercando mi boca a su pija mientras el se pajeaba, esperando todo su semen en la cara. Se bombeó con las manos hasta que el liquido blanco se regó por toda mi cara y mi lengua, le pasé la lengua para no dejar caer ni una gota en las sábanas. Besé la cabeza de su pija mientras el daba sus últimos jadeos de placer, estaba contento.
–Buenos días, bebita. ¿Cómo amaneciste?
Me reí, esperando que me trajera papel higiénico para limpiarme.
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