29. Dejar ir para poder vivir
Serendipia: hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se esta buscando otra cosa distinta.
La vida, si alguien me pregunta ahora mismo, me resulta como una especie de película.
Pero de las mal contadas.
En mi caso, de las que no tienen apenas presupuesto y ni siquiera alcanzan a ser un taquillazo en el cine.
Perdí, recuperé y perdí de nuevo. ¿Qué juego malo del destino es ese? ¿No se supone que el karma existe? ¿Qué debían de ocurrirme cosas buenas? ¿Qué lo malo era a los malos y lo bueno a los buenos?
Entonces, ¿por qué mi única amiga está muriendo?
Walter y Jonas han suplicado clemencia, y aunque solo Hunter y Alfie les han dado algún que otro golpe, lo que en el fondo todos esperábamos era a que ella llegase.
Shawn me convence de quedarse con Nancy para que yo haga lo que, en un principio, deseaba hacer. Termino avanzando unos pasos hacia Joel, quedando entre él y Knox, con la mirada clavada en Walter. Este, lejos de demostrar altivez, luce bastante asustado... y a mí no me causa ni una mínima satisfacción.
―Te juro... ―comienzo, hinchando mi pecho con una bocanada de aire―, que para mí no vales nada, ni un mal recuerdo. Ninguno de vosotros... pero merecemos justicia, y por eso estamos aquí.
Siento la mano de Joel agarrando la mía. Ese acto me anima a volver a mirar al rubio, pues las emociones me habían hecho apartar la mirada. Le doy una ligera mirada al chico a mi derecha antes de presentarle.
―Él es quien casi os mata, pero no le dejé. ¿Por qué? Porque vais a ir a la cárcel ―aseguro, con una ligera mirada a una de las vigas de madera―, y como eso no ocurra, ellos os matarán. No tendréis donde esconderos, así que suplicarle al Juez la prisión... va a ser lo mejor.
No quiero hablar más, no quiero más discursos. Solo tengo dos cosas en mente y ellos no son ninguna de ellas.
Con una ligera mirada le doy a entender a Joel que puede hacer lo que quiera, y no duda ni un segundo en sacar una de sus garras y avanzar hacia Walter, haciendo un corte en su cuello. No es tan profundo como para matarle, pero es lo suficientemente doloroso como para hacerle gritar. Aparto la mirada cuando le ha agarrado y lo ha pegado de espaldas a su pecho, con la misma garra sobre su ojo abierto. No quiero ver eso y, sin embargo, veo a Hazel caer en el sótano desde la puerta del jardín.
Mira a Nancy durante unos segundos en los que ella está con los ojos cerrados. No pierdo detalle de cuando mira a Shawn, con ambos ojos entrecerrados, para luego observar a Joel. Yo sigo su mirada y me da escalofríos el entenderla.
Joel deja a Walter y vuelve conmigo. Por inercia, todos retrocedemos. River ha tomado la silla donde mi hermano está atado y la ha apartado, dejándole a Hazel vía libre para observar a Roy. Siento ganas de llorar al ponerme en su lugar, al pensar en cómo me sentiría yo si fuese Joel el que está en la posición de Nancy, o al imaginarme cómo se sentiría él si yo estuviese en el suelo y con una bala en el estómago.
Retrocedo y doy la espalda. No tardo nada en esconder mi cara en el pecho de Joel, aferrándome a su cuerpo con ambos brazos, ignorando todos los gritos que suenan de fondo. No juzgo nada, solo quiero no escuchar y no sentir que he perdido nada. Él apoya la boca en mi cabeza y susurra palabras que luchan por callar el resto de sonidos, y aunque en parte sirve, en su otra mayoría no mucho. Le menciono a Nancy y él niega sobre mi cuero cabelludo, lo que me hace apretar más los ojos y mi cuerpo contra él en busca de desaparecer.
Lo único bueno, es que todo podría haber acabado aquí.
(...)
Suelto la mano de Nancy cuando la policía baja por ambas entradas, con las luces de sus armas prendidas. Alzo las manos cuando me apuntan, pero inciden más en los otros tres chicos.
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Resiliencia Sempiterna | COMPLETA
Science FictionUna vez, una chica solía brillar por sí misma. Alegraba a cualquiera con su voz o con una mirada. Ahora, esa luz se vio apagada porque quienes eran sus amigos decidieron que fuese así. Al otro lado del pueblo, en el bosque, habitaba toda clase de cr...