Ataraxia: imperturbabilidad, serenidad.
5. Ojos brillantes y amarillos.
Abro los ojos de vez en cuando, cerrándolos a los tres segundos. El cielo estaba cubierto por las copas de los arboles cada vez que los abría, pero igualmente tenía la sensación de estar moviéndome constantemente.
Creo que he vomitado en algún momento gracias al sabor de mi boca cuando retomo la conciencia, pero luego todo vuelve a apagarse.
―No me lo puedo creer, niñato estúpido.
Todo era incómodo dentro de mí, sentía cosas raras, angustia, dolor, escalofríos. Volví a abrir los ojos, estaba escuchando voces.
―Cállate, no puedes hacerlo. ―otra voz distinta.
¿Voces? Ah Dios, me estaba muriendo, seguro.
Estaba en el camino al más allá y estaba cagada, después de tanto pedirlo.
―¿Qué no puedo? Nos has exh...
Vuelvo a perder la conciencia en ese instante.
Mis ojos vuelven a abrirse, me sentía arropada y caliente. Pero seguía en el bosque, así que con dolor muevo un poco la cabeza. Una masa grande y marrón estaba sobre mi cuerpo. No me aplastaba sino que me calentaba. Sonrío un poco imaginando que era Pax, pero para cuando voy a alzar la mano todo vuelve a ser negro.
Sentía manos sobre mí, sentía alientos en mi oído. Estaba pasando otra vez, estaba volviendo a ocurrir. Tiro de mis manos pero no se mueven, sólo estoy quieta, van a...
Abro los ojos y me siento de golpe, tomando una gran bocanada de aire. Me llevo una mano al pecho, el cual tiene una textura extraña. Miro hacia abajo y compruebo que hay vomito seco, así como en varios mechones secos de mi pelo. Trago saliva, lo cual es asqueroso pues mi boca tiene gusto raro.
Estaba frente a la valla. Mi bolso estaba al otro lado, justo donde lo dejé anoche. Frunzo el ceño y miro tras de mí, sintiendo un fuerte dolor de cabeza en ese momento.
Todo lo que pasaba por mi cabeza era un 'qué' del tamaño de una casa.
Me pongo en pie, viendo el destrozado vestido y como en la valla quedaban trozos de los bajos que habían sido arrancados. En el suelo distingo sangre ¿Cuándo me había hecho sangre? Palpo mi rostro y hago una mueca cuando siento una pequeña brecha en un lado de mi frente.
Fantástico.
Me doy la vuelta y miro hacia el bosque, esta vez iluminado por la tenue luz del amanecer.
El bosque... yo anoche entré en el, ¿verdad?.
Unos ojos amarillentos y brillantes me miraron... y yo fui... yo fui una completa idiota.
Avanzo sin miedo, esperando encontrar algo, pero no hay nada más que algunas pequeñas gotas de sangre. Miro a todos lados, pero nada, no hay rastro de... nada.
Vuelvo a mí cuando escucho las sirenas. No podía ser verdad, no podía ser cierto.
Corro hacia la valla de una, mirando a través. La policía estaba patrullando y yo estaba en la valla más expuesta de todo el maldito pueblo. Trato de trepar pero fallo gracias a los nervios y a la molestia en mi muñeca, creando mucho ruido. El coche había pasado de largo al fondo de la calle, pero podían volver o alguien podría dar una vuelta por esta zona desierta, por lo que vuelvo a intentarlo.
Lo logro con mi mayor esfuerzo, y una vez estoy en el suelo tomo mi bolso y aferro mi muñeca contra mi pecho. Camino a paso rápido tomando los caminos secundarios en los cuales habían menos casas ―o casas desiertas― y también atravieso por jardines no vallados, lo que impide que me puedan ver en este aspecto por las calles centrales. Camino alerta, con el césped húmedo de la mañana bajo mis pies y el corazón a mil, sin siquiera mirar mi teléfono.
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Resiliencia Sempiterna | COMPLETA
Science FictionUna vez, una chica solía brillar por sí misma. Alegraba a cualquiera con su voz o con una mirada. Ahora, esa luz se vio apagada porque quienes eran sus amigos decidieron que fuese así. Al otro lado del pueblo, en el bosque, habitaba toda clase de cr...