Hola!! ¿Alguien leyendo que se manifieste? Muchas gracias por estar aqui, solo pido un votito que me de ánimos y algun comentario, prometo no defraudar con la historia!!
Epifanía: manifestación, aparición o revelación.
7. El lobo equivocado
Son pocas las gotas que caen contra mí a medida que avanzo, gracias a que los árboles retienen la gran mayoría. La niebla, sin embargo, se mantiene, aunque parece no ser tan espesa conforme me adentro en el bosque. Decido abrazarme a mí misma mientras sigo caminando, resbalando en varias ocasiones, al tiempo que me mojo los pantalones con la humedad de la hierba. No siento frío ―tampoco estoy tan mojada― sólo tengo dolor en el pecho, uno tan fuerte que hace que me cueste respirar.
Conocía ese sentimiento y ya estaba harta de él, y también del peso de tener que lidiar con este problema emocional sola, con el miedo constante y los recuerdos furtivos y dolorosos.
Quería terminar ya.
Con el tiempo la lluvia cesa, dejando algunas lágrimas solitarias que caen de las hojas más altas. El cielo se mantiene demasiado oscuro para pertenecer a una tarde, y la niebla, por su parte, no desaparece del todo. No llego a saber cuánto tiempo he estado andando, pero podría jurar que eran horas.
Habían pasado en mi cabeza como minutos fugaces gracias a lo atolondrada que se encontraba mi mente. Si alguien escuchase mis pensamientos... si alguien entendiese todo, simplemente... creo que podría volver a respirar. Era aterradora la manera en la que mi mente funcionaba, machacándome todo el rato, ahogándome en recuerdos, no dejándome descansar ―ni siquiera al dormir― mientras se repiten las miradas, las palabras, el momento...
El hecho de que todo el mundo me hubiese dado la espalda tras ese día lo empeoraba todo. Tener que vivir con tres personas a las que has comprobado ―de la peor forma― que no les importas como creías; ir cada mañana al instituto donde te miran, hablan de ti, señalan, ríen; luego, en cualquier parte del pueblo, todo el mundo lo sabía todo. En una cafetería, en el supermercado, en la estación de policía, en el parque...
Me dejo caer contra uno de los árboles, sintiendo mi trasero empaparse al hacer contacto con la tierra mojada. Encojo las piernas y apoyo la cabeza sobre ellas, abrazándolas y no preocupándome de llorar en silencio.
Grito, pataleo, golpeo el árbol, golpeo la tierra, arranco hierba, excavo con mi zapato la tierra cuando estiro mis piernas y golpeo en suelo con mis pies. Me llevo las manos a la cara y me golpeo a mí misma, frustrada, dolida, triste...
Hasta que lo escucho.
Abro la boca y los ojos, alejando las manos de mi cara, examinando lo que está frente a mí.
Un lobo de color canela que yo creía conocer está ahí, con un poco más de tamaño respecto a la última vez que le vi. Su mirada se mantiene fija en mí, con el cuerpo estaba firme y en pie, aguardando cualquier acción.
―¿Pax? ―la voz me tiembla. No soy consciente de que mi cuerpo también lo hace―. ¿Pax, er---eres tú? ―me pongo de rodillas, cuidadosa, queriendo aproximarme a él.
No parece de acuerdo con eso, pues agacha la cabeza y retrocede unos pasos. Eso duele dentro de mí.
―No me quieres aquí, ¿verdad? ―me muerdo el labio, tratando de evitar que mis dientes sigan chocando entre ellos, pero es imposible―. Vale, me iré.
Cuando me levanto mis piernas tiemblan, así como lo hacen mis manos cuando tomo la mochila y la cuelgo cruzada por mi pecho. Trato de no mirarle para que no duela más, pero no puedo evitarlo.
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Resiliencia Sempiterna | COMPLETA
Science FictionUna vez, una chica solía brillar por sí misma. Alegraba a cualquiera con su voz o con una mirada. Ahora, esa luz se vio apagada porque quienes eran sus amigos decidieron que fuese así. Al otro lado del pueblo, en el bosque, habitaba toda clase de cr...