𝟏𝟗

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"𝐂𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐦𝐢 𝐯𝐨𝐳 𝐜𝐚𝐥𝐥𝐞 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐦𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞, 𝐦𝐢 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳ó𝐧 𝐭𝐞 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐢𝐫á 𝐚𝐦𝐚𝐧𝐝𝐨"

—𝐑𝐚𝐛𝐢𝐧𝐝𝐫𝐚𝐧𝐚𝐭𝐡 𝐓𝐚𝐠𝐨𝐫𝐞

𝐅𝐫𝐞𝐲 𝐒𝐭𝐞𝐢𝐧

Eran las diez de la noche cuando llegamos a casa.

Entramos y después de despedirnos, subí a la habitación de Eve con intenciones de retomar lo de esta mañana.

Cuando entré, me la encontré hecha una bola en un lado de la cama y aferrada a su perrito de peluche.

Esbocé divertido una sonrisa y me acerqué a ella, levantando las mantas y acostándome a su lado.

Dejé un beso en su hombro y fue cuando se giró; tenía los ojos bañados en lágrimas, los labios hinchados y la nariz roja.

Al instante mi rostro se llenó de preocupación y acuné una de sus mejillas con mi mano.

—¿Eve que a pasado?—le pregunté preocupado.

Pero ella se limitó a negar con la cabeza y aferrase a mí, comenzando a llorar con mucha más fuerza

Sin entender una mierda me limité a abrazarla y a acariciar su espalda con suavidad mientras Eve seguía llorando.

Ya me iba olvidando de hacer algo divertido esta noche.

✠✠✠

A la mañana siguiente, no sé cuanto dormí.

La tarea que nos encargó Adam ayer me había dejado muerto y como luego estuve consolando a Eve una hora más o menos, estaba a punto de morirme del sueño.

De hecho, hubiese seguido durmiendo, si unas manos no hubiesen comenzado a mover mi hombro.

—¿Eve...?—comencé a decir medio dormido.

—¿Eve? Y un cojón—escuché la voz de Heist consiguiendo que me levantase de golpe y me encontrase con el imbécil de mi hermano.

Le miré confundido y enfadado.

—¿Pero se puede saber qué coño haces aquí?—espeté mientras me frotaba los ojos y me levantaba.

Heist puso los ojos en blanco y suspiró.

—Son Eve y su amigo ese, se están peleando en la entrada y creo que deberías bajar—respondió un tanto preocupado.

Le miré extrañado, pero no hizo falta que me lo dijese dos veces, ya que me puse los zapatos y baje prácticamente corriendo a la entrada, desde la que, cada vez, se escuchaban los gritos con más claridad.

Salí al exterior encontrándome a Eve frente al tío ese.

—El que faltaba—espetó el imbécil amigo de Eve.

Noté como poco a poco me cabreaba, así que bajé las escaleras rápidamente y me puse delante de Eve dándole un empujón hacia atrás.

—Tienes diez segundos para irte o te echo yo a mi manera—le amenacé consiguiendo que él se enfadase más.

Sin embargo, Eve se interpuso entre los dos y fue cuando me di cuenta de lo mal que estaban sus ojos.

—Cris, por favor, tiene que haber alguna manera de solucionarlo, yo...—comenzó a decir con su voz temblando.

El tal Cris la miró enfadado y luego me miró a mí.

—Elige, o él o yo.

Le miré confundido, ¿este tío de qué coño iba?

𝐔𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐏𝐨𝐬𝐬𝐞𝐬𝐬𝐢𝐨𝐧│𝐅. 𝐒│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora