"𝐐𝐮𝐢𝐬𝐢𝐞𝐫𝐚 𝐬𝐞𝐫 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐢𝐞𝐧𝐬𝐚𝐬, 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐝𝐢𝐜𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐩𝐢𝐞𝐧𝐬𝐚𝐬 𝐞𝐧 𝐧𝐚𝐝𝐚"
—𝐀𝐧ó𝐧𝐢𝐦𝐨
—Insisto en que deberías salir—me volvió a repetir Cris mientras se sentaba a mi lado en el sofá.
Llevaba tres días sin salir de su casa y hoy tampoco estaba dispuesta a modificar mi rutina precisamente.
Me dolía la cabeza de tan solo pensar en volver a la casa de los Stein... Era como si me superase las fuerzas.
Cris estaba a punto de decir algo más, cuando sonó el timbre.
Mientras desviaba mi mirada a la tele, Cris se levantó a abrir la puerta, mostrando a Kaia.
—¿Kaia?—dije al instante y levantándome del sofá.
Entonces ella cruzó el umbral y prácticamente corriendo, vino a mi encuentro para darme un fuerte abrazo.
—¡Eve!—exclamó ella mientras nos abrazábamos—¿Estás bien?
Me separé levemente de ella para mirarla a los ojos.
—Estoy bien... Solo que...—Kaia me cortó rápidamente.
—Frey me lo ha contado, me ha contado lo de...—al instante la corté, ya que Cris nos estaba escuchando a prácticamente dos pasos y no le había contado precisamente la verdad.
Haciendo a Kaia una seña para que se callase, desvié mi mirada hacia él.
—¿Cris nos puedes traer unos vasos de agua?—le pregunté haciendo énfasis en vasos de agua.
Esa era por así decirlo, nuestra palabra secreta para cuando necesitábamos que el otro se fuese un rato de la habitación.
Él me miró extrañado, pero luego suspiró y se levantó del sofá.
—Me voy a la calle "a buscarlos"—musitó antes de abrir la puerta e irse.
Cuando nos hubo dejado solas, nos sentamos en el sofá y Kaia me cogió de la mano.
—Eve, Frey me lo ha contado todo y entiendo que te asustases, cualquiera en tu lugar lo habría hecho—comenzó a decir Kaia mientras bajaba mi mirada—La chica que está en el sótano es nuestra hermana Hayden y es sumamente peligrosa.
Estaba a punto de replicar, pero Kaia se anticipó.
—Es una psicópata diagnosticada y ha asesinado a más de una persona—me explicó ella—Si la dejásemos en libertad, sería un peligro para la sociedad, pero mis padres no quieren entregarla a la policía, ya que o moriría de vejez en la cárcel, o le caería la pena capital.
Suspiré y me pasé la mano por el pelo.
—Kaia si tan solo fuese eso...—comencé a decir mientras mi voz se rasgaba levemente—Apunté a Frey con una pistola...
Ella me miró atentamente y me volvió a abrazar; rodeándome con fuerza con sus pequeños brazos.
—Eve todo el mundo comete errores y no creo que le fueses a hacer daño—intentó consolarme Kaia—Solo estabas asustada y querías ayudar a Hayden...
—Pero él me odia—la corté mientras mi voz cada vez se rompía más.
Kaia se separó de mí para mirarme a los ojos.
