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"𝐋𝐚 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐜𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐩𝐫𝐢𝐯𝐢𝐥𝐞𝐠𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐫 𝐛𝐢𝐞𝐧 𝐞𝐧𝐠𝐚ñ𝐚𝐝𝐨."

—𝐉𝐨𝐧𝐚𝐭𝐡𝐚𝐧 𝐒𝐰𝐢𝐟𝐭

Soledad.

Soledad era lo que sentía en la que había sido mi casa.

Me encontraba sentada en el sillón de la sala de estar, contemplando como el viento sacudía a los débiles árboles que se encontraban en mi jardín, mientras las hojas se empezaban a acumular en el césped, sin esperanza alguna de que alguien las recogiese.

—Evelyn cariño, ¿me estás escuchando?—escuché como me llamaba la señora Hope de asuntos sociales, interrumpiendo abruptamente mis pensamientos.

La verdad era que se me había olvidado por completo que ella se encontraba sentada en el sofá de enfrente mío. Pero aun así, creo que es hora de presentarme.

Me llamo Evelyn Linette Braun. Y soy lo que se dice... Una chica común.

Y os estaréis preguntando... 

¿Qué hacía una mujer de asuntos sociales sentada en un sofá de mi casa, intentando establecer una conversación conmigo?

Muy sencillo: Mis padres, Robert y Emily Braun, fallecieron hace dos semanas en un accidente de tráfico.

Yo me encontraba en casa cuando todo sucedió. Así que ahora, según un psicólogo de asuntos sociales, estaba en un estado de shock.

Por supuesto, cuando me enteré de la noticia por la señora Hope, lloré. De hecho, lloré mucho.

 Estuve una semana entera llorando.

Pero a partir de esa semana, nada. No sentía nada.

—Evelyn—me volvió a llamar la señora Hope, provocando que dejase mis pensamientos a un lado y volviese a la realidad.

—La escucho—me limité a contestar, cuando prácticamente me había pasado las últimas horas ignorándola por completo.

—Bien—dijo ella mientras me analizaba, como si estuviese intentando averiguar, si de verdad la estaba escuchando—Verás cariño, me gustaría hablar contigo sobre lo que va a pasar ahora.

La miré perpleja, sin saber a donde quería llegar.

—Verás... ¿Sabes quien es Mila Stein?—me preguntó, dejándome completamente descolocada.

Negué con la cabeza. No había escuchado ese nombre en mi vida.

—Bueno...—comenzó a hablar la señora Hope—He de aclarar que a mí también me ha sorprendido, ya que durante el tiempo que trabajé con tu madre, no me había comentado nada...—dijo para sí misma.

Entonces, la interrumpí.

—¿Y entonces por qué me tengo que ir con ella?—le pregunté de golpe.

Hope respiró hondo y me contestó, con lo que supuse, fue toda su paciencia.

—Lo dejó en su testamento, junto a sus últimas voluntades—respondió ella suavemente—Les he estado investigando y los Stein son una buena familia. Tienen tres hijos más o menos de tu edad y son una familia adinerada...

La interrumpí bruscamente, con lágrimas en los ojos:

—¡Me importa una mierda que tengan dinero o no!—exclamé llorando—¡No quiero ir a vivir con unos malditos extraños!

Hope no pudo evitar mirarme un tanto enfadada por mi reacción.

—¿Y entonces que quieres, Evelyn?—me preguntó duramente, intentando controlar su tono de voz.

𝐔𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐏𝐨𝐬𝐬𝐞𝐬𝐬𝐢𝐨𝐧│𝐅. 𝐒│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora